El equipo de inteligencia económica de la revista británica The Economist consideró que, debido a la violencia homicida en el país y a los “esfuerzos” del presidente Andrés Manuel López Obrador por “concentrar el poder en la rama ejecutiva”, México ya no es una “democracia defectuosa”, sino que tiene un “régimen híbrido”, una categoría situada entre el autoritarismo y la democracia.
En su Índice Democrático 2021 publicado ayer, la revista colocó a México en el lugar 86 de 167, y determinó que el “índice democrático” del país ha caído año tras año desde 2010, pasando de 6.93 a 5.57.
La revista, que en los últimos tres años ha publicado varios artículos y editoriales contra López Obrador y sus políticas, denunció los ataques del mandatario contra el Instituto Nacional Electoral (INE) y los medios, y se ha vuelto “cada vez más intolerante a las críticas, incluso de sus aliados”.
The Economist también advirtió que la suma de la violencia, los ataques al INE, la intolerancia del presidente y la baja confianza de los mexicanos en sus instituciones “sugieren que es probable observar una mayor erosión de la democracia mexicana a futuro, a medida que se acercan las elecciones presidenciales de 2024”.
De acuerdo con la revista, el gobierno de López Obrador es equiparable al de Jair Bolsonaro en Brasil y de Nayib Bukele en El Salvador, pues los define como regímenes “populistas aliberales”.
The Economist observó en América Latina y el Caribe el “mayor retroceso” en cualquier región desde que empezó a realizar su informe sobre democracia, pues estimó que el índice democrático se derrumbó en todos los países de la región a excepción de Guyana, Jamaica, Suriname, Trinidad y Tobago y Uruguay.
De acuerdo con los parámetros de la revista, los índices democráticos cayeron en la región debido a la creciente polarización política, marcada por la desconfianza hacia las instituciones, el hartazgo ante los problemas económicos y sociales, así como el abandono a las posturas del “centro” y el traslado del debate entre ideas de izquierda y de ultraderecha, que marcaron las elecciones presidenciales en Perú, Chile, Honduras y Ecuador el año pasado.
La revista también recalcó el derrumbe de los índices democráticos de Nicaragua y Haití el año pasado, con el giro cada vez más autoritario del régimen de Daniel Ortega en el país centroamericano –visible en las elecciones, durante las cuales las autoridades encarcelaron a todos los candidatos potenciales de oposición–, y el asesinato del presidente Jovenel Moïse en el país caribeño.
La revista consideró que España descendió hacia una “democracia defectuosa” debido a la falta de independencia del Consejo General del Poder Judicial, a las divisiones en la cámara de diputados, a una “letanía de escándalos” y al “creciente nacionalismo regional” en Cataluña.
Con información de Proceso.