Un saldo preliminar de ocho personas muertas y siete heridas fue el resultado de un enfrentamiento ocurrido la mañana de este martes, entre presos pertenecientes a dos grupos delictivos rivales, en el interior del Centro de Reinserción Social (Cereso) de Colima.
Se trata del suceso más grave que se recuerda en los últimos años al interior de este reclusorio, luego de que en mayo de 2020 murieron tres presos, cinco resultaron heridos y diez personas más sufrieron lesiones leves durante un motín en el que hubo intentos de fuga.
Según un comunicado emitido por el gobierno estatal, los hechos violentos de este día comenzaron alrededor de las 9:00 de la mañana en los dormitorios A y B del penal, cuando se escucharon detonaciones y acudieron elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) estatal con el apoyo de la Fiscalía General del Estado (FGE), la Guardia Nacional y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena).
“A las 9:25 horas se tenía asegurado el perímetro, se procedió a ingresar y a las 10:00 horas se recuperó el control total del Cereso”, de acuerdo con la versión oficial.
Una vez que entraron los elementos de las corporaciones de seguridad y fuerzas armadas encontraron al interior de los dos dormitorios los cuerpos de ocho personas fallecidas y siete personas heridas.
Los lesionados fueron trasladados en ambulancias de la Cruz Roja a diversas unidades hospitalarias y uno murió posteriormente.
El gobierno estatal informó que en las primeras revisiones de las instalaciones penitenciarias se encontraron en los dormitorios diversas armas punzocortantes y un arma de fuego.
Elementos de la Policía Investigadora de la FGE se encuentran al interior del Cereso realizando las investigaciones sobre los hechos, para el efecto de ejercer las acciones penales que correspondan.
En relación con estos hechos, el gobierno del estado lamentó lo sucedido y se solidarizó con las familias de las víctimas, además de que dijo continuar con un puntual seguimiento a la situación de salud de las personas heridas.
A finales de 2015 murieron 13 presos de un total de 42 detectados con hepatitis tóxica, la mayoría de ellos usuarios de heroína intravenosa.
Incidentes anteriores
En una recomendación enviada al respecto en 2016, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) determinó que la autoridad penitenciaria omitió sus obligaciones de vigilancia, lo que permitió el ingreso y consumo de sustancias ilícitas, poniendo en riesgo la estabilidad del Cereso y la salud de la población.
“Independientemente de que en octubre y noviembre de 2015 empezaron a llevarse a cabo revisiones en módulos para la detección de sustancias ilícitas, no se logró decomisarlas, demostrando la falta de personal adecuado y de un equipo detector de esas sustancias”, señaló.
Así también, el organismo humanitario advirtió desde entonces que debido a las deficiencias en la seguridad, vigilancia y control no se detectaron oportunamente el ingreso de las drogas ilícitas ni la elaboración de “instrumentos punzocortantes hechizos”, y lo más grave, la utilización y aplicación vía intravenosa de “heroína”.
Además de otros brotes de violencia ocurridos al interior del Cereso de Colima en los años recientes, el 14 de octubre de 2021 fueron asesinados el director de ese centro penitenciario, Román Buenrostro Campos, y un policía estatal que fungía como su escolta, mientras que la esposa del funcionario resultó herida.
El titular del Cereso tenía menos de 15 meses de haber asumido el puesto, el 17 de julio de 2020, en el que fue nombrado dos meses después de un motín en el que fueron asesinados tres reos y quince resultaron heridos.
De igual manera, el 20 de marzo de 2018, Javier Álvarez León, subdirector jurídico del Cereso de Colima, fue asesinado a balazos después de llegar a su domicilio, en la colonia Jardines del Sur.
Posteriormente, un custodio del Cereso de Colima fue asesinado, dos trabajadores penitenciarios resultaron heridos y el domicilio de uno más fue baleado, en hechos ocurridos en diferentes puntos de la ciudad a principios de diciembre de 2019.
En octubre de 2019 los cuerpos de dos reos fueron encontrados semienterrados en el exterior de uno de los dormitorios del Cereso, quienes habían sido recluidos por su presunta responsabilidad en la comisión de delitos contra la salud.
Con información de Proceso.