La peor sequía de Europa en años ha llevado el caudal del río Danubio a uno de sus niveles más bajos en casi un siglo, dejando al descubierto los restos de decenas de buques de guerra alemanes cargados de explosivos hundidos durante la Segunda Guerra Mundial cerca de la ciudad portuaria serbia de Prahovo.

Los buques se cuentan entre los cientos de barcos hundidos a lo largo del Danubio por la flota nazi del mar Negro en 1944 mientras se retiraban del avance de las fuerzas soviéticas, y todavía obstaculizan el tráfico fluvial durante el nivel bajo de las aguas.

Sin embargo, la sequía de este año -considerada por los científicos como una consecuencia del calentamiento global- ha dejado al descubierto más de 20 pecios en un tramo del Danubio cercano a Prahovo, en el este de Serbia, muchos de los cuales aún contienen toneladas de municiones y explosivos y suponen un peligro para la navegación.

“La flotilla alemana ha dejado tras de sí un gran desastre ecológico que nos amenaza a nosotros, los habitantes de Prahovo”, dijo Velimir Trajilovic, de 74 años, un jubilado de Prahovo que escribió un libro sobre los barcos alemanes.

Los restos de un buque de guerra alemán de la Segunda Guerra Mundial en el Danubio en Prahovo, Serbia, el 18 de agosto de 2022. REUTERS/Fedja Grulovic

Los trabajadores de la industria pesquera local también están en peligro, incluso los de Rumanía, que se encuentra justo al otro lado del río.

Los meses de sequía y las altas temperaturas, que han batido récords, han interrumpido el tráfico fluvial en arterias vitales de otras partes de Europa, como Alemania, Italia y Francia. En Serbia, las autoridades han recurrido al dragado para mantener abiertas las vías de navegación del Danubio.

A la altura de Prahovo, algunos de los cascotes han reducido la sección navegable de este tramo del Danubio de 180 metros a sólo 100 metros.

Esparcidos por el lecho del río, algunos de los barcos aún cuentan con torretas, puentes de mando, mástiles rotos y cascos retorcidos, mientras que otros yacen en su mayoría sumergidos bajo bancos de arena.

En marzo, el Gobierno serbio convocó una licitación para el salvamento de los cascos y la retirada de municiones y explosivos. El coste de la operación se estimó en 29 millones de euros (30 millones de dólares).

Con información de Reuters.

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