25 sep (Reuters) – Dos ancianas de pequeños pueblos de Wisconsin votaron por correo durante las elecciones primarias presidenciales de abril. Ambas se confinaron porque el coronavirus se propagaba por todo el estado.
Cada una envió su voto a la oficina electoral local con una nota explicando por qué ningún testigo había firmado el sobre, como exigen las estrictas leyes de votación de Wisconsin. Las mujeres no querían arriesgarse a exponerse al virus, dijeron a Reuters en entrevistas telefónicas este mes.
Ahí es donde acaba la similitud. La papeleta de Peggy Houglum, una votante de 72 años de edad de Cedar Grove, en el este de Wisconsin, fue rechazada debido a la falta de información de los testigos. La de Judith Olson, de 88 años, residente en la ciudad norteña de Elk, fue aceptada, según los registros de “incidentes” vistos por Reuters, en los que las oficinas electorales de Wisconsin documentan las papeletas irregulares.
Houglum, que planea votar por el candidato presidencial demócrata Joe Biden en noviembre, dijo que nunca le informaron de que su papeleta no se contó. Olson no quiso dar su afiliación partidaria ni decir a quién apoya para presidente.
El trato desigual en el mismo estado clave destaca una creciente preocupación por lo que ocurra en las elecciones generales del 3 de noviembre entre Biden y el actual presidente republicano Donald Trump.
El que se cuente o no un voto por correo podría depender en gran medida de cómo los empleados electorales locales hacen cumplir las reglas, cómo notifican a los votantes que presentan boletas deficientes y si se les permite corregir los errores.
Cada uno de los 50 estados de los Estados Unidos tiene una autoridad electoral central, pero las boletas son procesadas por docenas de oficinas electorales de condado o municipales dentro de cada estado.
Reuters revisó los registros de incidentes y otros archivos electorales de la contienda de abril en Wisconsin, además examinó los datos de las oficinas de elecciones de Carolina del Norte, Florida y Arizona que contienen el número de votos por correo rechazados en las recientes elecciones.
Reuters también encuestó a 36 funcionarios electorales de los cuatro estados acerca de cómo procesaban los votos por correo, notificaban a los electores que enviaban cédulas deficientes y permitían que emitieran sufragios válidos.
Los registros detallan más de 3 millones de votos por correo emitidos durante las primarias presidenciales de los cuatro estados este año. La gran mayoría de ellos fueron aceptados, pero al menos 25.000 papeletas fueron rechazadas por violaciones de los requisitos de firma y testigos.
Reuters no pudo hacer un seguimiento de todos los individuos cuyas boletas fueron rechazadas. Aún así, algunas tendencias surgieron de los datos y las entrevistas con docenas de votantes y funcionarios electorales.
Reuters descubrió que:
– Las papeletas de las minorías, que tienden a votar por los demócratas, son más propensas a ser rechazadas en Carolina del Norte y Florida que las de los votantes blancos. Los datos sobre la raza de los electores no estaban disponibles en Arizona y Wisconsin.
– Los procedimientos para el manejo de las papeletas de voto por correo deficientes diferían, a veces notablemente, entre las oficinas electorales de cada estado; y los funcionarios electorales informaron a Reuters de la existencia de diversos calendarios y métodos para notificar a los votantes. Los diseños de las boletas también variaron, con recuadros de firma más claros en unos que en otros.
– La geografía y el tamaño de la población ayudaron a determinar la facilidad con que los funcionarios electorales podían ponerse en contacto con los votantes sobre las deficiencias de las cédulas de votación. Los funcionarios de las jurisdicciones pequeñas tendían a decir que les resultaba más fácil notificar a los votantes que los de comunidades más grandes, porque era más probable que conocieran personalmente a los votantes.
“VOTAR SIN GARANTÍAS”
El voto por correo en Estados Unidos aumentó en los estados que celebraron primarias presidenciales después de mediados de marzo, cuando la pandemia COVID-19 irrumpió. Se proyecta que millones de estadounidenses votarán por correo por primera vez en noviembre, y se espera que el coronavirus provoque un récord de absentismo.
La lentitud de las entregas del Servicio Postal de Estados Unidos este verano disparó las alarmas sobre los votos que puedan llegar demasiado tarde para su recuento. Pero los votantes pueden no estar al tanto de otros posibles obstáculos.
La aplicación desigual de las reglas del voto por correo perjudica ilegalmente a algunos votantes, según los defensores del derecho al voto, que han demandado uniformar la forma en que los funcionarios locales procesan las boletas en ausencia, notifican a los votantes de los errores y permiten que los electores los arreglen en los cuatro estados que Reuters examinó.
Una de las demandas no logró en septiembre eliminar el requisito de testigos en Wisconsin. Otra amplió con éxito el período para que los votantes de Arizona añadan firmas a las papeletas. Los activistas ganaron dos casos más, uno en Florida y otro en Carolina del Norte, pero dicen que esos estados aún no han cumplido plenamente.
Para millones de votantes estadounidenses, dicen los defensores del derecho al voto, las probabilidades de que su sufragio por correo cuente este noviembre podrían depender de dónde están registrados para votar y de cómo los trabajadores de su oficina electoral local implementan las reglas de votación del estado.
“El voto por correo es votar sin una red de seguridad”, porque los votantes no están presentes para resolver los problemas que surgen con sus papeletas, dijo David Becker, jefe del no partidista Centro de Innovación e Investigación Electoral. Eso destaca por qué las reglas estatales “no deberían aplicarse de manera diferente de un condado a otro”, dijo.
Hay mucho en juego.
Trump ganó la Casa Blanca en 2016 por un pelo. Perdió el voto popular, pero menos de 80.000 votos en tres estados decisivos, incluido Wisconsin, le dieron una victoria del Colegio Electoral sobre la demócrata Hillary Clinton. Las encuestas recientes favorecen ligeramente a Biden en Wisconsin, pero está codo a codo con Trump en Florida, Arizona y Carolina del Norte.
Es casi seguro que el número de votos por correo rechazados será mayor en noviembre que en las primarias de este año debido a la mayor participación esperada, según expertos electorales.
En Carolina del Norte, por ejemplo, cerca del 1% de los votantes emitieron votos por correo en la primaria del 3 de marzo, antes de que el coronavirus se extendiera por toda la nación. La cifra podría dispararse a cerca del 25% en noviembre, según una encuesta de Reuters/Ipsos a probables votantes realizada a principios de este mes.
Alrededor de un tercio de los votantes de Florida esperan votar por correo, así como dos de cada cinco votantes en Wisconsin y más de la mitad en Arizona, según otras encuestas de Reuters/Ipsos realizadas este mes.
Si los funcionarios de Carolina del Norte y Florida procesan los votos en noviembre al mismo ritmo que lo hicieron en marzo, más de 75.000 electores podrían verse privados de su derecho, calcula Reuters. La cifra supone que la participación coincide con los niveles de 2016 y que los votantes terminan sufragando por correo a los niveles que dijeron que lo harían.