Una estación de radio de la sierra difundió un video en el que un hombre que se identificó como José Noriel Portillo Gil, alias “El Chueco”, se deslinda del asesinato de los sacerdotes jesuitas y el guía de turismo, ocurridos el pasado 20 de junio.

El supuesto líder delictivo -quien cubre su rostro con un pasamontañas y una gorra- culpa a uno de los sacerdotes y a otro joven del homicidio de los jesuitas dentro de la parroquia de San Francisco Javier en Cerocahui, municipio de Urique.

En su testimonio, el hombre que dice ser “El Chueco” narra que él iba pasando por el templo cuando escuchó disparos y decidió entrar para ver lo que sucedía; ahí encontró a un “chavalo” con una pistola en la mano y a un cura.

El sujeto enmascarado sugiere que un sacerdote está involucrado en los crímenes.

De acuerdo con los testimonios e investigaciones sobre el caso, fueron tres sacerdotes los que sobrevivieron y testigos de los hechos. Entre ellos se encontraba un visitador de la Compañía de Jesús que viajó desde Roma y realizaba una visita pastoral.

El supuesto “Chueco” adelantó que dará más información sobre los hechos.

La Fiscalía General del Estado y el Ejército Mexicano informaron, en un comunicado de prensa, que realizan un análisis exhaustivo en torno la difusión del video, en el cual aparece una persona que se ostenta como el generador de violencia, en referencia a José Noriel Portillo Gil, “El Chueco”.

“Dicho material es analizado por personal técnico y especializado de ambas corporaciones para establecer su procedencia, ya que las declaraciones por más de seis minutos carecen de veracidad y sustento legal”, indica el comunicado.

Las autoridades lamentaron la reproducción del contenido, que tiene como fin confundir a la ciudadanía y desestimar los esfuerzos que realizan las autoridades.

El 20 de junio fueron asesinados en el templo de Cerocahui los sacerdotes jesuitas Javier Campos Morales y Joaquín Mora Salazar, junto con el guía de turismo Pedro Eliodoro Palma Gutiérrez.

Los cuerpos de las tres víctimas, según los testigos que alcanzaron a ver, se los llevó Noriel Portillo y aparecieron tres días después en el lugar conocido como Pitorreal.

Horas antes, de acuerdo con testigos, fueron privados de la libertad los hermanos Paul Osvaldo y Armando Berrelleza Rábago. Éste último apareció días después y declaró que “El Chueco” mató a su hermano, cuyo cuerpo fue localizado días después.

Con información de Proceso.

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