Una convocatoria para protestar en Cuba por los derechos civiles fracasó el lunes cuando la mayoría de los cubanos se mantuvieron ausentes de las calles ante la presión del gobierno, lo que pareció poner fin a un enfrentamiento con disidentes el mismo día en que la isla caribeña reabrió sus fronteras a turistas.

Los disidentes llevan meses pidiendo en redes sociales una “Marcha Cívica por el Cambio” luego de las protestas callejeras del 11 de julio, las mayores manifestaciones antigubernamentales en el país en décadas.

El gobierno prohibió las manifestaciones planeadas para el lunes, pues dice que forman parte de una campaña de desestabilización de Estados Unidos, que mantiene un embargo desde la Guerra Fría contra Cuba. Funcionarios estadounidenses lo han rechazado.

No obstante, los disidentes en las redes sociales continuaron sus llamados para que protestaran a las tres de la tarde hora local (2000 GMT) en 10 ciudades de Cuba, desde la capital La Habana hasta Pinar del Río y Guantánamo, en el extremo oriental.

Casi tres horas después, había pocas señales de protestas organizadas en La Habana o en otros lugares, aunque los disidentes mostraron videos de pequeños grupos vestidos de blanco en marchas dispersas.

REUTERS/Alexandre Meneghini

En La Habana, hubo un aumento de policías vestidos de civil y uniformados, aunque las calles parecían más tranquilas de lo normal ya que algunos padres dejaron a sus hijos en casa por temor tras los rumores de manifestaciones.

“Decidí mantener a mi hijo de seis años en casa desde su primer día en la escuela porque estaba preocupada de que pudiera pasar algo”, dijo la trabajadora estatal Jennifer Puyol Vendesia, de La Habana.

Funcionarios del aeropuerto internacional de La Habana dijeron que esperaban que los vuelos se triplicaran esta semana, de alrededor de 51 semanales a 170, ya que los turistas llegaron para disfrutar de las playas de arena blanca y las cálidas aguas de la isla.

Cuba ha vacunado a casi toda su población con inyecciones de cosecha propia y sostiene que los casos de COVID-19, así como las muertes, han disminuido drásticamente, lo que le permite reabrir sus fronteras al turismo.

REUTERS/Alexandre Meneghini

Las manifestaciones planeadas el domingo por un grupo de Facebook llamado Archipiélago, que ha encabezado la convocatoria, fracasaron bajo la presión de las autoridades y partidarios del gobierno.

Simpatizantes del gobierno rodearon el domingo la casa en La Habana de Yunior García, un dramaturgo y líder del Archipiélago, para impedirle marchar, como había planeado, para mostrar apoyo a las manifestaciones pacíficas.

El vecindario de García estaba tranquilo y su edificio todavía estaba cubierto con banderas cubanas que partidarios del Gobierno habían colgado el día anterior de la azotea, según un testigo de Reuters. García, ni su esposa, respondieron a llamadas telefónicas el lunes.

DÍA INCORRECTO

La fecha anunciada de las protestas, el mismo día en que se reabre el turismo y las escuelas, tocó un fibra en el Gobierno, según en analista político independiente Carlos Alzugaray.

El también exdiplomático dijo que los líderes de la protesta pueden haber calculado mal la fecha de las marchas.

“Creo que Archipiélago escogió mal el día”, dijo Alzugaray a Reuters. “La gente está preocupada por la reapertura de la economía y el regreso a la normalidad”, dijo.

La seguridad del Estado y grupos partidarios del gobierno vigilaron las casas de disidentes de alto perfil desde la madrugada del lunes, según grupos de derechos e informes en redes sociales.

REUTERS/Alexandre Meneghini

El lunes en la mañana, Saily González, otra líder de Archipiélago, publicó en Facebook un video de simpatizantes del Gobierno que la calificaban de traidora y le advertían que no marchara frente a su casa en Santa Clara, en el centro del país.

El gobierno cubano no ha comentado sobre esos incidentes, pero dice que las protestas violan la constitución de Cuba de 2019.

Cuba fue criticada por grupos de derechos humanos y libertad de prensa el sábado tras retirar las credenciales de prensa de cinco periodistas de la agencia de noticias española EFE antes de las protestas, pero rápidamente reinstaló a dos de ellos.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, condenó el domingo las “tácticas de intimidación” del Gobierno de Cuba antes de la marcha anunciada para el lunes y prometió que Washington buscaría “saldar cuentas” por la represión.

Mientras, el canciller cubano, Bruno Rodríguez, pidió en Twitter que Estados Unidos se mantenga al margen de los asuntos cubanos.

“Uno puede ver en nuestras calles (…) que nada de eso ha ocurrido”, añadió Rodríguez más tarde en una transmisión por televisión, al decir que el pueblo cubano había optado por no participar en las protestas pese a llamados de funcionarios y políticos estadounidenses.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí