CIUDAD DE GUATEMALA, 25 ene (Reuters) – Presuntos familiares guatemaltecos de 19 personas calcinadas en México dijeron el lunes que se realizarán pruebas de ADN para corroborar el parentesco con las víctimas halladas el fin de semana en un zona poco poblada en el norte del país.
Autoridades del estado de Tamaulipas informaron del hallazgo el sábado de los cuerpos en los asientos de una camioneta de carga y en la caja trasera de la unidad, que también estaba totalmente quemada, pero no mencionaron entonces la posibilidad de que fueran extranjeros o migrantes guatemaltecos.
Al menos 30 presuntos familiares de las víctimas viajaron desde Comitancillo, muy cerca de la frontera con México, a Ciudad de Guatemala, donde se reunieron temprano el lunes con el vicecanciller, Eduardo Hernández, para exponerle los argumentos que les hacen suponer que los calcinados son parientes suyos.
El gobierno de la nación centroamericana no se ha pronunciado sobre la reunión, pero una fuente de la cancillería dijo que un primer grupo de cinco supuestos familiares habían sido trasladados a una universidad privada para tomarles muestras y un segundo grupo sería llevado más tarde.
“La respuesta que nos dio cancillería es que vamos a empezar con los procesos, la documentación de los expedientes y están comprometidos que van a solicitar los cuerpos desde allá”, dijo Ramiro Coronado refiriéndose a México tras la reunión con el vicecanciller.
Coronado asegura que un sobrino suyo de 31 años y que dejó Guatemala hace unos 15 días está entre los calcinados. “Era la primera vez que él intentó viajar para Estados Unidos y quería mejorar la situación de su vida y de su familia, deja una esposa y dos hijos, añadió.
Un diputado guatemalteco dijo en un comunicado la noche del domingo que al menos 13 guatemaltecos están entre las víctimas, que además recibieron disparos.
El lunes, la fiscalía de Tamaulipas dijo que iniciaron una investigación para determinar si hay extranjeros entre las personas halladas en una zona de tráfico de armas, drogas y migrantes.
Tamaulipas ha sido por muchos años una de las rutas principales para el tráfico de migrantes hacia Estados Unidos, un negocio controlado por grupos criminales. En 2010, el sanguinario cártel de Los Zetas secuestró y asesinó a 72 personas, en su mayoría centroamericanos.