En el caso del menor Edwin Ángel, quien la semana pasada murió tras presuntamente ser mordido por un perro en el patio de su casa, la Fiscalía del Estado de Baja California indicó que al realizarle diversos análisis al can, se encontró que el animal tenía los colmillos limados.
“Los colmillos del can están limados, como que en su momento alguien se los cortó, por eso estamos considerando el rango de la posible agresividad del perro. Indagando con la familia y los vecinos, nos dicen que el perro se salió hace dos o tres semanas y que mató a otra mascota de la zona”, indicó Miguel Ángel Gaxiola Rodríguez, encargado de la Fiscalía Especializada en Delitos Contra la Vida.
El animal, mezcla de Pastor Alemán y Pastor Belga, fue rescatado hace poco más de un año. En ese momento la familia lo resguardó en el patio trasero de la vivienda, una zona a donde el menor de tres años no tenía acceso normalmente.
“Nadie se dio cuenta de la agresión. Cuando llega la bisabuela y pregunta por el menor, es que empiezan a buscar al niño. La niña de 10 años lo encuentra en el patio trasero, (…) el joven de 17 años lo toma y lo traslada al otro lado del patio para tratar de reanimarlo”, destacó el funcionario estatal.
En la investigación se sostiene que nadie escuchó al niño de tres años gritar durante el ataque ni al perro ladrando. Al momento de hacerle la necropsia al menor, el forense estableció que tanto las lesiones que presenta como una luxación en el cuello, fueron durante el momento de su muerte.
“Estamos indagando el posible mecanismo de cómo ocurrió la luxación. El menor tiene lesiones que coinciden (con mordeduras) en la parte posterior del cuello, y estamos tratando de establecer la mecánica con personal de Servicios Periciales”, añadió.
Debido a lo anterior, para la Fiscalía del Estado es aún prematuro cerrar cualquier otra línea de investigación en torno al caso, por lo que se han hecho pruebas a cuchillos y objetos punzocortantes de la casa, los cuales no han arrojado indicios de estar relacionados con la muerte del menor.
“Estamos haciendo una investigación puntual y con amplio criterio para poder establecer esa mecánica (de la luxación del cuello y lasmordeduras). Hay una piedra en el lugar, está fija, no se ve movida y tiene una mancha de sangre. Y hay unas pequeñas heridas que tiene el niño, pero que no coinciden con objetos punzocortantes”.