La madrugada del 9 de abril, cuando desapareció, Debanhi ingresó al Motel Nueva Castilla y no salió de ahí, hasta que fue encontrada muerta días después en una cisterna del mismo inmueble, por lo que el caso debe ser investigado como secuestro, dijo el padre Mario Escobar.
Recordó que los peritos de la Ciudad de México que vinieron a esta capital a dar su dictamen dijeron que la chica de 18 años, hallada sin vida el 21 de abril en el depósito de agua, tenía entre tres y cinco días de fallecida, por lo que los investigadores deben determinar dónde estuvo el tiempo previo a su fallecimiento.
“Sabemos que Debanhi entró al hotel (sic) y nunca salió de ahí. Entonces hay que investigar esos ocho días que tentativamente estuvo viva, y ver dónde estuvo. Ya estamos hablando aquí de un secuestro”, dijo Escobar, quien sostiene la tesis de que su hija fue asesinada y el cuerpo sembrado.
Mencionó que es necesario revisar las videograbaciones de la cámara de vigilancia de la empresa de tráileres Alcosa, ubicada sobre la Carretera a Nuevo Laredo, a unos 100 metros de distancia de la entrada del motel, pues no se conoce por completo el contenido de las grabaciones, a las que ha accedido el Ministerio Público investigador.
“Nos siguen faltando de ocho a diez minutos (de grabación) de la empresa Alcosa, que para mí son bien importantes y determinantes, porque en cinco segundos pueden pasar muchas cosas, pero también hay que checar todos los trabajadores que estuvieron en esos momentos en el motel, las cámaras, hacer otra vez las investigaciones, checar las escaleras”, propuso.
De igual manera, el progenitor de Debanhi Susana Escobar Bazaldúa mencionó que las personas de la Fiscalía estatal que practicaron la necropsia, que aportó conclusiones equivocadas, deberían ser cesados.
“Si hubo omisiones, dolo o negligencia, que caigan los culpables. No me interesa quién sea, si es de la Fiscalía u otro tipo de gente que no hizo su trabajo”, señaló, luego de la misa por el descanso de Debanhi, efectuada este jueves en la Parroquia de San Juan de los Lagos, de esta capital.
Luego de que el cadáver fuera encontrado, los servicios forenses de la Fiscalía de Nuevo León determinaron que la joven pereció por contusión profunda en el cráneo, al golpearse la frente cuando cayó a la cisterna.
Sin embargo, luego de que el cuerpo fuera exhumado el 1 de julio y analizado por otros cuatro expertos procedentes de la capital del país, se determinó que murió por asfixia por sofocación, lo que destruyó la versión inicial que dieron los especialistas en la entidad.
Con información de Proceso.