Pamela se degradó a depresión tropical después de tocar tierra como un huracán pero seguía descargando lluvias en varios estados donde dejó árboles caídos, comercios dañados y calles inundadas.
Aunque el ciclón, que se formó el fin de semana en aguas del océano Pacífico, disminuyó su intensidad, sus bandas nubosas en interacción con un frente frío provocaban fuertes precipitaciones en estados occidentales como Durango, Nayarit y Sinaloa, y más al oriente, en Coahuila, dijo la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de México.
El impacto de Pamela, como huracán de categoría 1 en la escala Saffir-Simpson, se produjo temprano en las inmediaciones del municipio San Ignacio, en Sinaloa.
Autoridades reportaron cortes en el suministro de energía eléctrica en la región, mientras que en el puerto turístico Mazatlán empleados del servicio público liberaban avenidas de árboles caídos, además de piedras y escombros que fueron arrastrados por el agua.
Pamela se ubicaba la tarde del miércoles a 415 kilómetros al noreste de Mazatlán, de acuerdo con un reporte del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), y presentaba vientos máximos sostenidos de 55 kilómetros por hora (km/h), cuando habían alcanzado hasta 130 km/h antes de tocar tierra.
Previendo las intensas lluvias y vientos que trae aparejado el ciclón, autoridades informaron el martes que se abrieron decenas de refugios temporales en Sinaloa.
Antes de llegar a ese estado, uno de los principales productores y exportadores agropecuarios del país, la tormenta pasó cerca del extremo sur de la Península de Baja California, donde se localizan importantes centros turísticos como Los Cabos, sin que hasta ahora se hayan reportado mayores daños.
Con información de Reuters.