BANGKOK, 20 sep (Reuters) – Desafiando abiertamente a la monarquía del rey tailandés Maha Vajiralongkorn, miles de manifestantes marcharon por las calles de Bangkok el domingo para reivindicar una serie de exigencias entre las que se incluyen la introducción de reformas para limitar sus poderes.
Los manifestantes se han ido mostrando cada vez más atrevidos durante los dos meses de manifestaciones contra la casa real y el “establishment” militar de Tailandia, rompiendo con un antiguo tabú sobre la crítica de la monarquía, que es ilegal según las leyes de lesa majestad.
No fue posible ponerse en contacto con el Palacio Real para obtener comentarios. El rey, que pasa mucho tiempo en Europa, no está en Tailandia en la actualidad.
Los manifestantes fueron bloqueados con barreras de control de multitudes por cientos de policías desarmados.
Los líderes de la protesta declararon su victoria tras entregar a la policía una carta en la que se detallan sus exigencias. Phakphong Phongphetra, jefe de la Oficina de la Policía Metropolitana, dijo en un vídeo difundido desde el lugar de los hechos que la carta sería entregada al cuartel general de la policía para decidir cómo proceder.
“Nuestra mayor victoria en estos dos días es mostrar que la gente común como nosotros puede enviar una carta a la realeza”, dijo Parit “Pingüino” Chiwarak a la multitud antes de su dispersión.
En la mayor manifestación de los últimos años, decenas de miles de manifestantes aplaudieron el sábado las demandas de reformas de la monarquía, así como la exigencia de la destitución del primer ministro Prayuth Chan-ocha, antiguo líder de la junta militar, de una nueva constitución y de elecciones.
PLACA SIMBÓLICA
Poco después del amanecer del domingo, los manifestantes cementaron una placa cerca del Gran Palacio de Bangkok en el área conocida como Sanam Luang, o Campo Real.
La placa reza: “En este lugar el pueblo ha expresado su voluntad: que este país pertenece al pueblo y no es propiedad del monarca, como falsamente nos han enseñado.”
El portavoz del gobierno, Anucha Burapachaisri, dijo que la policía no recurrirá al uso de la violencia contra los manifestantes y que depende de la policía determinar y procesar cualquier discurso ilegal.
Las autoridades de Bangkok necesitarán determinar si la placa es ilegal, en cuyo caso deberá ser retirada, dijo a los medios de comunicación el subjefe de policía de Bangkok, Piya Tawichai.
No todos los tailandeses apoyan la nueva placa, que se asemeja a una que conmemoraba el fin de la monarquía absoluta en 1932 y que fue retirada del exterior de un palacio real en 2017, después de que Vajiralongkorn subiera el trono.
El prominente político de derechas Warong Dechgitvigrom dijo que las acciones de los manifestantes son inapropiadas y que el rey está por encima de la política.
“Con esto no se ha logrado nada”, dijo a Reuters. “Estas acciones son contrarias al rey simbólicamente, pero el rey no es un oponente”.
Las autoridades tailandesas han dicho que criticar a la monarquía es inaceptable en un país donde el rey está constitucionalmente “entronizado en una posición de culto y veneración”.
Las protestas que comenzaron en los campus universitarios han atraído a un número cada vez mayor de personas mayores. Entre ellos se encuentran simpatizantes de los camisas rojas del derrocado primer ministro populista Thaksin Shinawatra, que se enfrentó durante años a los camisas amarillas “pro-establishment” antes de que Prayuth accediera al poder en 2014.
“La nueva generación está logrando lo que sus padres y abuelos no se atrevieron. Estoy muy orgulloso de ello”, dijo Somporn Outsa, un veterano camisa roja de 50 años. “Todavía respetamos la monarquía, pero debería estar subordinada a la constitución.”
Los manifestantes dicen que la constitución le da al rey demasiado poder y que fue diseñada para permitir a Prayuth mantener el poder después de las elecciones del año pasado. El primer ministro defiende que las elecciones fueron justas.
Las próximas protestas están programadas para el jueves. Los líderes de la protesta pidieron a los tailandeses que dejen de trabajar el 14 de octubre para mostrar su apoyo al cambio.
“El cambio radical es difícil en Tailandia, pero el movimiento al menos ha mantenido el impulso”, dijo Titipol Phakdeewanich, decano de ciencias políticas de la Universidad Ubon Ratchathani.