A lo lejos, en la avenida Revolución, se escucha una música atípica de la región que es acompañada de un guarachar recio que cimbra hasta los oídos de los paseantes, quienes atónitos, detienen su camino para ver de qué se trata. Comienzan a tomar fotos y videos. El tumulto cada vez es más grande conforme el performance se realiza.
Los tres personajes que guarachean destacan por su vestimenta: traje de manta tradicional, huaraches con suela de madera, sombrero del que destellan listones multicolor, una máscara de viejitos y reposados sobre un bastón. “Mira qué folclóricos y agradables se ven, ¿de dónde serán?”, murmura una mujer a su marido.
Llama la atención que uno de los tres es muy pequeño, por la silueta debe ser un niño y ello atrae más a los paseantes que se acomodan en torno al baile que están mostrando. El ruido conurbado y la música que sale de otros espacios no impide que las personas se concentren en lo que hacen y que de sus bolsillos saquen uno que otro billete o moneda para depositar en un sombrero tendido en el piso.
Lo que los tres personajes en turno muestran es la tradicional “Danza de los viejitos”, típica de la comunidad purhépecha de Michoacán, que le ha valido el reconocimiento internacional por ser una de las más representativas de dicha región, desde donde han migrado varios de sus habitantes para hacer comunidad en Playas de Rosarito.
Uno de los danzantes es el profesor Julio César Cortés Cipriano, originario de la isla de Janitzio, reconocido maestro de Artísticas y director del Grupo de Danza Huaruricha, y que junto con su alumno y su sobrino decidieron salir a las calles de Tijuana para compartir su tradición.
Debido al cierre de actividades y paro laboral por la pandemia de Covid-19, junto con su esposa y demás integrantes, decidieron viajar y recurrir a sus familiares en Rosarito. Aprovechando la estancia, decidieron mostrar y compartir parte de la cultura que nos caracteriza ya a nivel nacional e internacional, que es la Danza de los viejitos.
Esta danza tradicional es originaria de la ex isla de Jarácuaro, Michoacán, y su creador es el Tata Gervasio López Patricio, originario del mismo lugar, explica Julio César, quien comparte también que en la actualidad existen alrededor de siete grupos artísticos, entre ellos el de él, los que representan la misma ejecución de la danza pero con diferente temática.
Debido a la necesidad por compartir parte de sus tradiciones, salieron a las calles de Tijuana y se instalaron en las inmediaciones de la Catedral, en la Zona Centro de la ciudad. Sin embargo, fueron retirados del lugar y les permitieron instalarse en la avenida Revolución, entre las calles Segunda y Tercera.
Julio César explica que seguirán presentándose en la avenida Revolución para obtener algo de recursos, hasta el día 11 de enero, cuando regresen a su comunidad para reactivar las actividades laborales. Se presentarán entre las 14:00 y las 16:00 horas, para los paseantes que gusten admirar esta danza tradicional y gusten apoyarles.