RÍO DE JANEIRO, 28 ene (Thomson Reuters Foundation) – Una empleada doméstica esclavizada durante décadas se encuentra entre las decenas de víctimas rescatadas en redadas coordinadas en todo Brasil, informaron el jueves autoridades, que calificaron la operación de “hito” en la lucha contra la trata de personas.
La mayoría de los 140 trabajadores liberados en la “Operación Rescate” se encontraban en zonas rurales, muchos de ellos recogiendo naranjas en el estado central de Goias, pero otros trabajaban en talleres clandestinos en Sao Paulo y dos como criadas en Río de Janeiro.
“Esta operación es un hito”, dijo Rómulo Machado e Silva, subsecretario de la Inspección de Trabajo de Brasil, que describió las redadas como la mayor operación conjunta contra la esclavitud del país.
Más de 500 funcionarios participaron en 64 redadas, dijo Silva en rueda de prensa el jueves, en el día nacional de la lucha contra el trabajo esclavo en Brasil.
“El perfil de los rescatados es de lo más variado”, explicó Silva, mencionando que había ancianos, indígenas, adolescentes y personas con necesidades especiales.
Las autoridades dijeron que la empleada doméstica encontrada en Río había sido esclavizada durante unos 40 años, pero no dieron más detalles.
El año pasado se encontraron unas 942 personas en condiciones similares a la esclavitud en Brasil, lo que supone un descenso de sólo un 10% frente a 2019, a pesar de la congelación de las inspecciones laborales durante dos meses debido al brote de coronavirus.
Desde que Brasil puso en marcha su fuerza de trabajo contra la esclavitud en 1995, se han encontrado más de 55.000 personas en condiciones similares al trabajo esclavo en el país.
En Brasil, la esclavitud se define como el trabajo forzado, pero también abarca la servidumbre por deudas, las condiciones de trabajo degradantes, las largas jornadas que suponen un riesgo para la salud y las tareas que violan la dignidad humana.
En el pasado no era raro que una sola redada diera como resultado el rescate de más de 100 personas, pero hoy en día los trabajadores esclavizados suelen estar más dispersos, lo que hace más difícil su detección.
“Esto no significa que haya habido una reducción (del trabajo esclavo)”, dijo Alberto Bastos Balazeiro, jefe de la Fiscalía del Trabajo de Brasil. “Todavía queda mucho trabajo por hacer”.