En México, la incidencia de nuevos casos de cáncer de próstata se ubica en el cuarto lugar, detrás del cáncer de mama, pulmón, colon y recto, de acuerdo a lo expresado por el doctor Homero Fuentes de la Peña.
Para el médico, uno de los principales factores que afecta para que esta enfermedad sea recurrente en el país es el machismo, el cual se vuelve una traba al momento de decidir ir a consulta.
“Desgraciadamente el problema principal que tenemos en México es que el 70% de los pacientes que se les detecta esta enfermedad la tienen muy avanzada, por ello el número de muertes ocupa el segundo lugar, solo por detrás del cáncer de mama y quizá por el subregistro haya más muertes en hombres”, mencionó.
Mitos, prejuicios, la propia cultura del mexicano, en la cual el hombre suele hacerse el fuerte y no asistir a revisiones de su cuerpo, complican el escenario, al grado de que solo el 2.5% de la población acude a una revisión prostática, de ahí las estadísticas en números rojos.
“Por ello a nivel mundial se iniciaron movimientos para concientizar sobre la detección temprana, como en Sidney con “Movember” en el año 2003 y aquí en México con “Bigote con causa” donde Pro Oncavi lleva la batuta desde el año 2013, diseñado campañas informativas para hacer conciencia y romper tabúes con respecto a la masculinidad del hombre”, enfatizó el doctor Fuentes de la Peña.
El cáncer de próstata es un tumor maligno en la glándula prostática que en sus etapas iniciales no presenta síntomas específicos, de ahí la importancia que los hombres después de los 40 años se realicen prueba del antígeno prostático a través de una muestra de sangre, más si tienen antecedentes familiares con la enfermedad.
Los síntomas en etapas avanzadas son: flujo de orina débil o interrumpido, ganas repentinas de orinar y aumento de la frecuencia, dificultad para iniciar el flujo de orina y para vaciar la vejiga por completo, dolor o ardor al orinar, dificultad para tener una erección, presencia de sangre en la orina o el semen y dolor de espalda, las caderas o la pelvis, que no desaparece.
Es importante recordar que para la reducción de riesgos se debe disminuir el consumo de alcohol, carnes rojas o productos lácteos, mantener un peso saludable, aumentar el consumo de productos vegetales como frutas y verduras y hacer ejercicio al menos 30 minutos al día.