Alfredo Ramírez Bedolla, gobernador de Michoacán, afirmó esta mañana que en San José de Gracia, zona de la masacre ocurrida la tarde del domingo, hay casquillos y “otros indicios”.

Confirmó que hace unas horas habló con Enrique Alfaro, el gobernador de Jalisco, para realizar un operativo en conjunto y con fuerzas federales para buscar las evidencias.

El gobernador de Michoacán confirmó que los hechos ocurrieron entre las 3 y las 3:30 de la tarde, aunque la llamada para solicitar la presencia de policía llegó tres horas después, pues la población más grande es Jiquilpan que está a 40 minutos de donde se suscitó la balacera en la que presuntamente un grupo armado formó a 17 personas, que se encontraban en un funeral, las asesinó sobre una banqueta y se llevó los cuerpos.

“Es mucho tiempo y se está investigando por qué tardó tanto en llegar la llamada de alerta”, expresó hoy en la Cámara de Diputados tras acudir a la clausura del Parlamento Abierto por la Reforma Eléctrica.

Ramírez Bedolla reiteró que no hay cuerpos, ni heridos y que, por ahora, las únicas evidencias son los casquillos y los videos que se viralizaron en redes sociales. Cuando se le cuestionó la presencia de sangre o más pruebas de una masacre, se negó a responder.

“Nadie se ha adjudicado el tema, no podemos decir qué grupo o cártel fue el detonó las armas de fuego, y los que aparecen en los videos, pero se está haciendo una búsqueda en toda la parte occidente de Michoacán y Jalisco para lograr más evidencia”, sostuvo.

Con información de Proceso.

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