La policía liberó a 49 migrantes, la mayoría centroamericanos, que pedían auxilio desde un predio abandonado en Reynosa, Tamaulipas, cerca de la zona donde el mes pasado 19 personas fueron asesinadas y calcinadas.
Los migrantes, procedentes de El Salvador, Honduras y Guatemala, estaban secuestrados en un “campamento” en Reynosa, un municipio fronterizo con Texas, y presuntamente sus captores los engañaron al prometerles que los ayudarían a cruzar ilegalmente la frontera con Estados Unidos.
“Los agentes policiales fueron alertados por un vecino sobre gritos de personas que pedían auxilio”, dijo la fiscalía de Tamaulipas en un comunicado. En el lugar había 19 hondureños, 14 salvadoreños, 11 mexicanos y cinco guatemaltecos, agregó.
En enero, un grupo de 19 personas, entre ellas presuntos migrantes centroamericanos, fueron asesinados en Tamaulipas. Doce policías fueron detenidos y varios funcionarios de migración cesados por sus posibles vínculos con este delito.
De acuerdo con la fiscalía, la intención de los migrantes era cruzar hacia Estados Unidos, “sin embargo, las personas con las que habían hecho el trato para trasladarlos exigieron un mayor pago, y al negarse, les indicaron que serían entregados a otro grupo, por lo que pidieron ayuda”, detalló.
Cada año, miles de migrantes, sobre todo de Centroamérica, se desplazan por México hacia Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades de vida, en una travesía peligrosa por la actividad de grupos criminales y, en ocasiones, la intervención de autoridades corruptas.
Organismos internacionales han alertado sobre los crecientes peligros que enfrentan los migrantes, en especial ante un reciente reforzamiento de operaciones militares que buscan contener los grandes flujos de personas.