Un dramaturgo cubano encabeza la convocatoria de protestas anunciadas para mañana 15 de noviembre en la isla, en lo que se ha promovido como un movimiento pacifista.

Disidentes en la isla, organizados bajo un grupo de Facebook llamado Archipiélago, solicitó permiso en septiembre para realizar los mítines. Las autoridades cubanas declararon ilegales las marchas y alegan que los manifestantes están trabajando con Estados Unidos para derrocar al gobierno.

Yunior García, fundador de Archipiélago, ha rechazado los argumentos y escribió en una publicación de Facebook que, no obstante, el espectro de la violencia lo había llevado a cambiar sus planes.

“No estamos dispuestos a que se derrame una sola gota de sangre, en ninguno de los lados de este conflicto”, dijo García.

Tras la viralización del evento, la información y ante la inminencia de la marcha, el gobierno cubano retiró las credenciales de prensa a cinco periodistas de la agencia española de noticias EFE este fin de semana, pero posteriormente se las restituyó a dos de ellos.

Las autoridades cubanas convocaron el sábado a tres editores, un fotógrafo y un camarógrafo de televisión para informarles de la decisión de retirarles sus credenciales de prensa.

Horas después informaron que solo regresarán el permiso de trabajo al fotógrafo y a uno de los editores.

Gabriela Cañas, presidenta de EFE, calificó de “insuficiente” la decisión del gobierno cubano de restablecer la acreditación de dos periodistas, y pidió al gobierno que restituya también las credenciales de los otros tres.

Un portavoz de EFE dijo que el gobierno cubano no había dado una razón para la retirada de las acreditaciones.

Grupos de oposición convocaron la marcha del lunes para exigir mayores libertades políticas y la liberación de activistas encarcelados.

El gobierno del presidente Miguel Díaz-Canel prohibió la marcha del lunes alegando que forma parte de una campaña de desestabilización impulsada por Estados Unidos.

Al respecto, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, condenó el domingo lo que calificó de “tácticas de intimidación” por parte del gobierno cubano antes de las protestas y prometió que su país aplicará medidas para “pedir cuentas” por la represión.

“Pedimos al gobierno cubano que respete los derechos de los cubanos, permitiéndoles reunirse pacíficamente (…) y manteniendo abiertas las líneas de Internet y telecomunicaciones”, dijo Blinken en un comunicado el domingo.

Blinken instó a los socios de Estados Unidos a imitar el apoyo de Washington a los manifestantes y prometió que Washington “continuará aplicando medidas que apoyen al pueblo cubano y promuevan la rendición de cuentas por la represión del régimen cubano”.

La administración del presidente Joe Biden impuso sanciones selectivas a funcionarios cubanos y a las fuerzas de seguridad luego de las protestas de julio.

En esa ocasión miles salieron a las calles, enojados por la escasez de productos básicos, las restricciones a las libertades civiles y el manejo de la pandemia. Cientos de manifestantes fueron arrestados.

Biden, quien se desempeñó como vicepresidente de Obama, prometió durante la campaña electoral de 2020 contra Trump volver a comprometerse con Cuba.

Pero las tensiones han aumentado desde la dura respuesta del gobierno cubano a las protestas que estallaron en medio de una grave crisis económica y un aumento de las infecciones por Covid-19.

Blinken dijo que además de prohibir la marcha del lunes, el gobierno cubano “despidió a los partidarios de la oposición de sus trabajos y amenazó a los disidentes con encarcelamiento”. “Condenamos enérgicamente estas tácticas de intimidación”.

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