Francia se comprometió a examinar “todas las opciones” para restablecer el orden el viernes, después de que los alborotadores incendiaron edificios, autos y saquearon tiendas en todo el país en una tercera noche de furia desatada por la muerte de un adolescente de ascendencia norteafricana por disparos de la policía.
La muerte del joven de 17 años, grabada en video en un control de tráfico, ha encendido el resentimiento que desde hace tiempo existe entre las comunidades urbanas pobres y racialmente mixtas por los incidentes de violencia policial y las acusaciones de racismo sistémico en el seno de las fuerzas del orden.
Más de doscientos policías resultaron heridos y 875 personas fueron detenidas durante la noche, según las autoridades, mientras los alborotadores se enfrentaban a los agentes en pueblos y ciudades de toda Francia.
El Gobierno estudiará “todas las opciones” para restablecer el orden, informó la primera ministra, Elisabeth Borne, que antes había calificado la violencia de “intolerable e inexcusable” en un tuit.
El presidente Emmanuel Macron, en comentarios televisados de una reunión de crisis del gabinete, dijo que pediría a las plataformas de redes sociales que eliminen las imágenes “más sensibles” de los disturbios de sus plataformas y que revelen a las autoridades las identidades de los usuarios que fomentan la violencia.
Macron, que hasta ahora ha descartado declarar el estado de emergencia, abandonó temprano una cumbre de la Unión Europea en Bruselas para asistir a lo que fue la segunda reunión de crisis del gabinete en dos días.
También dijo, sin dar detalles, que algunos eventos públicos no especificados serían cancelados en las regiones afectadas por los disturbios.
En la ciudad meridional de Marsella, la segunda más grande de Francia, las autoridades prohibieron las manifestaciones públicas previstas para el viernes, dijeron que todo el transporte público se detendría a las 19.00 hora local, y animaron a los restaurantes a cerrar temprano las zonas para comer al aire libre.
Una fuente del transporte público de París declaró a la cadena de televisión BFM TV que los servicios de tranvía y autobús de la capital finalizarían a las 21:00 horas todos los días hasta nuevo aviso.
En un primer intento por sofocar la violencia, el ministro del Interior, Gerald Darmanin, había cuadruplicado el jueves por la noche el despliegue de la policía nacional hasta alcanzar los 40.000 agentes, 249 de los cuales resultaron heridos, según el ministerio.
El Ministerio del Interior dijo que 79 puestos de policía fueron atacados durante la noche, así como 119 edificios públicos, entre ellos 34 ayuntamientos y 28 escuelas.
La violencia se recrudeció en Marsella, Lyon, Pau, Toulouse y Lille, así como en algunas zonas de París, entre ellas el barrio obrero de Nanterre, donde Nahel M., de 17 años y descendiente de argelinos y marroquíes, murió tiroteado el martes.
De Reuters.