La decisión de Singapur de levantar una prohibición de la época colonial sobre las relaciones sexuales entre hombres debería haberse tomado hace mucho tiempo y no pondrá fin a la discriminación de los grupos LGBTQ+ en la conservadora ciudad-Estado, afirmaron el lunes activistas de derechos y miembros de la comunidad gay.
El anuncio del primer ministro de Singapur de derogar la llamada ley 377A el domingo se produjo mientras afirmó que el Gobierno tomaría medidas para evitar los desafíos legales que permitirían el reconocimiento de los matrimonios entre personas del mismo sexo.
Esto ha hecho que muchos se sientan decepcionados por la histórica medida.
“Es sólo un pequeño paso”, dijo a Reuters el singapurense Andre Ling, de 44 años, desde su casa en la ciudad-Estado donde vive con su marido australiano y su hijo de dos años.
“Pero más allá de eso, si vas a tener una familia o quieres casarte y quieres estar en Singapur y que te traten con igualdad, eso no va a suceder”.
Ling se casó con Cameron Sutherland, de 47 años, en Australia, donde el matrimonio entre personas del mismo sexo es legal. Pero su matrimonio no está reconocido en Singapur, por lo que no pueden optar a ciertos privilegios que se conceden a las parejas casadas, como las viviendas subvencionadas.
“Al venir a Singapur, sabíamos que nuestro certificado de matrimonio sería como un trozo de papel higiénico”, dijo Ling.
El tratamiento de los grupos LGBTQ+ ha sido durante mucho tiempo un tema polémico en Singapur, una sociedad multirracial y multirreligiosa de 5,5 millones de habitantes.
Aunque la ley 377A de Singapur, según la cual los infractores pueden ser encarcelados hasta dos años, no se ha aplicado a varones adultos con consentimiento desde hace décadas, algunos grupos religiosos querían que se mantuviera el estatuto, temiendo que su derogación pudiera promover la homosexualidad y desafiar las estructuras familiares tradicionales.
Para calmar algunas de esas preocupaciones, el primer ministro, Lee Hsien Loong, dijo el domingo que su Gobierno protegería su definición de matrimonio, la de ser entre un hombre y una mujer, para que no sea cuestionada constitucionalmente en los tribunales.
Unos 30 países de todo el mundo han legalizado el matrimonio entre personas del mismo sexo, siendo Taiwán el único lugar de Asia que lo ha hecho.
Con información de Reuters.