Autoridades disolvieron un campamento improvisado en el sur, cerca de la frontera con Guatemala, donde cientos de familias de migrantes, algunas con menores de edad, esperaron por meses para regularizar su situación migratoria, dijeron testigos de Reuters y funcionarios.
El Instituto Nacional de Migración (INM) autorizó a los migrantes a tramitar sus documentos de estancia en varios estados del país, con lo que pudieron abandonar el campamento, instalado en un parque ecológico de Tapachula, a minutos de Guatemala. La ciudad fue calificado por organismos de derechos humanos como una “prisión”.
Desde el miércoles, cerca de 3,000 personas salieron con un salvoconducto en código QR y tendrán un mes de plazo para realizar su trámite migratorio en 14 estados del país, algunos de ellos fronterizos con Estados Unidos, dijo a Reuters una fuente federal y migrantes que mostraron su documento.
“Voy a Sinaloa a sacar la visa humanitaria con mis propios recursos”, confesó una mujer cubana que esperó más de dos semanas en el campamento de Tapachula para obtener su código QR y continuar su camino hacia Estados Unidos.
A principios de diciembre, el gobierno de México aceleró el traslado de decenas de miles de migrantes a diversas regiones, con la promesa de regularizar su estancia, en medio de un récord de personas que llegaron al país en 2021 buscando alcanzar Estados Unidos tras huir de la pobreza y violencia.
No obstante, decenas de migrantes que no alcanzaron ni un código QR ni ser trasladados por lo que tendrán que seguir esperando en Tapachula, aseguró a Reuters Lester Centeno, un migrante nicaragüense de 25 años que llegó a Tapachula buscando asilo.
“Me dijeron que me iban a llevar deportado si no me iba de aquí (del campamento)”, relató el hombre al referirse a agentes de migración.
Organismos de derechos humanos han cuestionado el trato que México ha dado a los migrantes, luego de episodios donde se ve a oficiales de migración golpeando a algunos y el hacinamiento de los refugios.
Con información de Reuters.