En los últimos años, las mujeres migrantes han decidido abandonar sus países en compañía de sus hijos, a diferencia de lo que ocurría hace por lo menos 10 años, cuando decidían dejarlos en sus países de origen y migrar para buscar mejores condiciones de vida en Estados Unidos, con la esperanza de algún día poder llevárselos de manera legal.
Así lo afirmó en entrevista Mónica Ramírez, abogada especializada en derechos de migrantes, quien explicó que ahora las mujeres huyen de situaciones de violencia familiar o inseguridad y violencia generalizada en sus países en compañía de sus hijos, pues consideran que esta es la mejor forma de protegerlos.
“Creo que no hay un amor más grande que el de una madre migrante, las que deciden dejar a sus niños para lograr una vida mejor y las que deciden llevarlos con ellas, realizan un sacrificio inmenso, para mí, son ejemplos de amor muy profundo y en este momento su situación ha estado cambiando”, comentó.
“Hace años había muchas mujeres que estaban migrando en búsqueda de trabajo y muchas de ellas dejaban a sus hijos en sus países con sus padres u otra familia, llegaban a Estados Unidos con la esperanza de un día poder traerlos a acompañarlas, pero en los últimos 5 o 6 años, hemos visto que hay más madres viajando con sus niños, pues consideran que en sus países hay mucha violencia, principalmente en contra de las mujeres, lo que afecta a quienes tienen hijas”.
Las mujeres migrantes que le han hecho estos comentarios a Mónica Ramírez, comúnmente llegan a Estados Unidos provenientes de México, Honduras, Guatemala, El Salvador.
Entre las historias que la abogada, creadora del movimiento Times Up, ha escuchado que hay madres migrantes que refieren que salieron huyendo de sus países porque había personas que las amenazaban para que dieran a sus hijas como parejas de hombres mayores.
“En estos casos, las mujeres deciden migrar porque piensan que es la única manera en la que pueden cuidar a sus niños, que pueden mantenerlos sanos y salvos”, dijo.
Desde el año 2015, la ONU Mujeres detectó que se incrementó a 215 millones de mujeres en tránsito y que el número de niñas migrantes incrementó un 7% ese año con respecto a 2014.
“Muchas de esas mujeres migraron porque trataban de escapar de violencia doméstica y en búsqueda de condiciones mejores para evitar ser violentadas”, agregó Mónica Ramírez.
Además, las madres migrantes se enfrentan a las agresiones que pueden sufrir en tránsito, pues 6 de cada 10 son asaltadas sexualmente durante el trayecto que realizan desde sus países hasta llegar a la frontera de México con Estados Unidos.
Una vez que llegan a Estados Unidos, las vulnerabilidades no cesan, pues las madres migrantes también padecen la desigualdad salarial, violencia de género laboral al ser contratadas para trabajos considerados exclusivamente “para mujeres”, pero con pagos en promedio de 37 centavos de dólar, cuando un hombre americano recibe un dólar por hora.
“Muchas mujeres migrantes también quieren mandar dinero a sus países, a sus familias, a sus hijos que dejaron en sus hogares, pero es difícil, pues deben sobrevivir aquí en Estados Unidos con esos salarios y muchas no pueden ni siquiera pagar su renta, comprar su comida, entre otras cosas”.
De Apro.