Cientos de migrantes centroamericanos que integraban una nueva caravana rumbo a Estados Unidos, iniciada el fin de semana, fueron devueltos a sus naciones de origen o los países de procedencia al llegar a la frontera entre Honduras y Guatemala, dijeron el lunes autoridades.
La Cancillería de Guatemala dijo que 622 migrantes, principalmente de Honduras y Nicaragua, fueron interceptados en las fronteras de Corinto y Agua Caliente, de los cuales el 23 % eran menores de edad.
La institución añadió que las personas, en su mayoría hombres, fueron devueltas a su nación o país de procedencia al no presentar requisitos migratorios, ni sanitarios, y aclaró que 15 cubanos fueron retornados a Honduras, y no a su país, por ser esa la nación a través de la cual ingresaron a Guatemala.
A pesar de las advertencias de las autoridades, cientos de personas seguían organizándose el lunes a través de diversas redes sociales para abandonar sus naciones para realizar una nueva movilización en masa.
“No podemos seguir un día más aquí”, dijo a Reuters un nicaragüense que prefirió no identificarse. “Nos vamos a ir, quiero llegar a Estados Unidos, aquí no hay manera de vivir”, añadió.
La nueva caravana inicia en momentos en que Estados Unidos y México intentan frenar los desplazamientos masivos que iniciaron a fines de 2018 y que año tras han sumado a personas de cada vez más nacionalidades, recientemente haitianos y venezolanos.
En diciembre, México reubicó a decenas de miles de migrantes que llegaron en caravanas y que estuvieron varados por meses en Tapachula, ciudad fronteriza con Guatemala, esperando respuesta a su solicitud de refugio o bien una oportunidad para llegar a Estados Unidos.
Organismos de derechos humanos han alertado sobre los peligros que corren los migrantes mientras huyen de la violencia y la pobreza de sus naciones, por lo que han exhortado a países receptores a mejorar el trato que reciben al llegar.
Con información de Proceso.