La Manifestación de Impacto Ambiental en Modalidad Regional (MIA-R) del Tramo 5 Sur del Tren Maya, que el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) entregó a la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), reconoce que el megaproyecto acarreará diversos factores “adversos severos”, como la afectación del suelo kárstico por “hundimientos y derrumbes” y “las vibraciones por la operación del tren”, la afectación de especies protegidas, mientras el desmonte de 485.75 hectáreas de “cobertura vegetal” es considerado un factor de “adverso crítico”.
El estudio contratado por el Fonatur concluyó que “en total se generarán impactos ambientales no significativos”, y que incluso podría tener “un efecto ordenador en el entorno”, marcado por el crecimiento descontrolado de Tulum y Playa del Carmen y una deforestación ya muy avanzada, inducida por “la expansión turística e inmobiliaria” que se ha observado en la última década.
De acuerdo con el documento, la afectación a la integridad física de los cenotes de la zona está contemplada como un factor “adverso moderado”, al igual que las afectaciones de la fauna por el paso del tren o y la “modificación de sitios naturales o monumentos”; por otra parte, estima como factores “benéficos moderados” la creación de empleos, el mejoramiento de infraestructura y la “calidad escénica del paisaje”.
El resumen ejecutivo de la MIA-R, entregada este lunes por el Fonatur a la Semarnat, plantea que “el mayor reto” de ese tramo del Tren Maya será “las características del suelo y su naturaleza kárstica”, pues tanto la construcción como la operación del tren conllevan riesgos para el suelo.
De acuerdo con uno de los mapas en el documento, coordinado por el biólogo Rafael Villegas Patraca –del Instituto de Ecología, A.C., uno de los centros del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) instalado en Veracruz– en su trazo actual el tren atravesaría dos amplias zonas kársticas, donde existen “riesgo por fallas, fracturamiento y hundimiento”, así como una zona de cavernas alrededor de Tulum.“Existen gran cantidad de dolinas, cenotes, microcúpulas kársticas, lagunas y llanuras de inundación, estas últimas con dimensiones de metros hasta kilómetros, presentando formas circulares, alargadas e irregulares”, señaló el documento.
El contrato del tramo Tramo 5 Sur plantea la construcción de 67.67 kilómetros de vía doble entre Tulum y Playa del Carmen así como estaciones en ambos municipios y una base de mantenimiento. Tras un caótico proceso de licitación, fue otorgado a Grupo México, del magnate Germán Larrea Velasco, en consorcio con la española Acciona, por 17 mil 815 millones de pesos.
En semanas recientes, tribunales federales han determinado la suspensión de las obras del Tramo 5 del Tren Maya debido a la ausencia de estudios ambientales. Las suspensiones provocaron la molestia del presidente López Obrador, cuya promesa de inaugurar el Tren Maya a más tardar en diciembre de 2023 se ve dificultada por los retrasos en la obra.
El pasado lunes 16, Armando Zazueta Hernández, el actual representante legal de Fonatur Tren Maya –y ex “superdelegado” de Bienestar en Jalisco–, presentó la solicitud de MIA a Alejandro Pérez Hernández, director general de Impacto y Riesgo Ambiental en la Semarnat, para que dé luz verde a la maquinaria para continuar con la tala de árboles.
El documento planteó que el tramo 5 “no aumentará la tendencia que se ha identificado del periodo del 2009 al 2018, ya que independientemente de que se construya o no, la tendencia ambiental indica la continua pérdida de cobertura para la selva bien conservada y un aumento de la vegetación secundaria de la misma”.
En otras palabras: con o sin Tren Maya, las “tendencias de deterioro ambiental históricamente registradas” en Tulum y Playa del Carmen se agravarán.
Con información de Proceso.