Crisstian Villicaña nació en Mexicali, Baja California. Realizó sus estudios en Comunicación en la Universidad Autónoma de Baja California. Se ha desarrollado como reportero y periodista gráfico en Periódico Frontera, y el Sol de Tijuana. Colaboró en revistas literarias y San Diego Reader, actualmente es reportero en esta casa editorial.
“Te encuentras muchas imágenes que pueden resultar curiosas y atractivas”, explica Crisstian Villicaña, quien ha colaborado como reportero en diversos medios, y actualmente trabaja para Glocal Media. Su mirada fotográfica se centra en la vida cotidiana, las ironías del ser y el drama de residir en la frontera de Tijuana.
El primer acercamiento que Villicaña tuvo con la fotografía fue en el contexto familiar: “Me tocó todo ese proceso de cómo era hacerse de las fotos, esperar a que llevaran los rollos a revelar”.
Sin embargo, fue en la universidad cuando en el taller de fotoperiodismo tomaría la fotografía de una forma seria: “Ahí me hice de mi primera cámara y empecé a cumplir las asignaciones que me daba la maestra. En este curso realicé los primeros trabajos relacionados con el periodismo, porque es lo que me gusta hacer. Desde la universidad sabía que por ahí quería encaminarme”.
El abordaje de la fotografía callejera ha acompañado a Villicaña en su andar por la ciudad.
Villicaña relató que la fotografía callejera lo encontró a él de forma natural, por su trabajo en el periodismo: “Ando mucho en la calle y cargo siempre con mi cámara. Te encuentras muchas imágenes que pueden resultar curiosas y atractivas”.
A su vez, encuentra una fascinación en la memoria de las imágenes y los espacios: “La fotografía de calle permite registrar no solo los espacios que desaparecen sino las transformaciones de los lugares en los que todos en algún momento confluimos”.
Para el fotoperiodista la fotografía “es un instrumento o una pieza que puede ser arte, se puede disfrutar, que puede causar emociones”.