El poni negro de la reina Isabel, Emma, vio pasar el cortejo fúnebre de la monarca desde los terrenos del castillo de Windsor, donde fue sujetado por un mozo de cuadra.
Los dos corgis de la reina, Sandy y Muick, también fueron sacados para la llegada del féretro al castillo, donde Isabel iba a ser enterrada más tarde, tras un gran funeral de Estado.
Sujetos con correas por el personal de palacio, los perros esperaron pacientemente en la explanada del castillo.
La reina, que falleció este mes a los 96 años de edad después de 70 años en el trono, gustó siempre de los corgis y de los caballos, y disfrutó de la equitación.
Su segundo hijo, el príncipe Andrés, se hará cargo de los perros.
Con info de Reuters.