Seria, así es la crisis de agua que se padece en Baja California, misma que tiende a empeoran en un futuro inmediato si no se toman medidas, según el análisis del doctor Alfonso Cortez Lara, investigador del Departamento de Estudios Urbanos y del Medio Ambiente de El Colegio de la Frontera Norte (El Colef).
Una sequía prolongada, la ausencia de un adecuado sistema de tratamiento de aguas residuales, aunado a la poca conciencia sobre el cuidado del agua por parte de población, industria, campo y gobierno, son factores que complican aún más la situación.
“Ya hay repercusiones muy importantes, hay que recordar que la principal fuente de agua en la región es la superficial y que esa fuente es el Río Colorado y tenemos afectaciones directas en las entregas a nuestro país que por el Tratado de 1944 tenemos derecho”, apuntó.
“Ya hubo reducciones el año pasado y este año llegaron a un nivel de 99 millones de metros cúbicos las reducciones y es muy probable que el próximo incrementen a 128 millones de metros cúbicos”, añadió.
Pero no solo las aguas superficiales padecen, también las subterráneas sufren de sobre explotación, en especial en la Zona Costa y en el Valle de Mexicali, de acuerdo a lo manifestado por el investigador del Colef.
“Tenemos una situación bastante crítica en todas nuestras fuentes de agua, mientras la población y la actividad económica sigue creciendo, entonces eso nos lleva a la deducción de que estamos bajo estrés y que eso puede limitar muchísimo el desarrollo regional de las diferentes actividades en el Estado”, advirtió.
En la actualidad, la Ley de Aguas Nacionales de 1992 es la que rige el uso del agua en el país, misma que restringe de manera importante el aprovechamiento de las aguas residuales tratadas.
Lo anterior, precisó el académico, provoca que en Tijuana se aprovechan solo entre el 6 y el 7% del total de esas aguas que se podrían rehusar para distintos usos.
Por otro lado, hizo hincapié en la urgente necesidad de crear una ética sobre el agua y su cuidado, esto para hacerle frente a la sequía y escasez del líquido.
“Se necesita un programa de concientización muy fuerte, pero muy efectivo también y que no nada más se quede en el papel. De hecho, los programas de concientización existen, están en la Ley de Aguas Nacionales, están en los diferentes articulados que tengamos para legislar el uso del agua, pero no se implementan, no tienen recursos simplemente”, criticó.
Por ello, concluyó señalando que no se debe tomar a la ligera esta problemática y, por el contrario, darle el peso que se merece para así cambiar la mentalidad de autoridades, población y actividades económicas sobre la importancia de preservar el líquido.
