El tráfico internacional de fentanilo y su uso para elaborar drogas sintéticas mantienen a los gobiernos de México y Estados Unidos en una disputa abierta sobre la prohibición de la importación de precursores químicos de China.
En entrevista con Proceso, funcionarios mexicanos y estadunidenses hablan de una “disputa diplomática” porque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador no ha respondido positivamente a la solicitud de su homólogo Joe Biden de prohibir la compra de las sustancias chinas.
“Al gobierno mexicano le hemos entregado en dos ocasiones una lista de unos 30 precursores químicos que en México importan de China, y que los narcotraficantes utilizan para elaborar fentanilo, y siguen sin prohibir su adquisición”, dice un funcionario estadunidense.
La respuesta a esta queja de Estados Unidos la explica así un funcionario mexicano: “Estamos analizando los pedidos que nos han presentado, pero no podemos, por un problema de drogadicción de un país extranjero, echar a perder una relación comercial como la que tenemos con China”.
Ambos –el representante del gobierno de Biden como el de López Obrador– aceptaron hablar del tema con este semanario a condición del anonimato, debido a que las negociaciones están en curso y porque el tráfico del fentanilo y drogas sintéticas se sigue disparando.
Tras casi seis meses de llamadas telefónicas e intercambio de correos electrónicos con funcionarios de ambos gobiernos, Proceso logró conseguir el nombre de los precursores químicos chinos que Washington quiere prohibir y que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) tiene bajo revisión.
La dependencia federal mexicana identifica “(58) sustancias propuestas a incluir en la lista de vigilancia de sustancias susceptibles de uso dual”, entre las cuales figuran las propuestas o sugeridas por el gobierno de Estados Unidos.
Frente al fracaso de la guerra contra las drogas de Estados Unidos, la presidencia de Biden se encuentra bajo una fuerte presión social, moral y legislativa por el escandaloso saldo de decesos de estadunidenses, causados por sobredosis con drogas sintéticas.
La última estadística nacional, y que tendrán que actualizar en las próximas semanas los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC), señala que cada 24 horas mueren 274 personas por sobredosis en Estados Unidos.
En Washington ya se dice que dicha cifra diaria correspondiente a 2021 superaría ahora los 300 fallecimientos, de acuerdo con datos oficiales de los CDC.
“Tienen un gravísimo problema de muertes por sobredosis; en Estados Unidos está desbordada la adicción a las anfetaminas, metanfetaminas, fentanilo y todo tipo de enervantes sintéticos; y buscan chivos expiatorios y miran a México”, denuncia el funcionario mexicano.
La Administración Federal Antidrogas (DEA) de Estados Unidos sostiene que la mayoría de los precursores químicos procedentes de China, que son la materia prima para la elaboración de fentanilo, llegan a México vía los puertos de Lázaro Cárdenas y Manzanillo.
El asunto relacionado con el fentanilo se ha discutido tanto en Washington como en la Ciudad de México, como parte de las conversaciones en materia de seguridad y cooperación en la lucha contra el trasiego de drogas, bajo el marco del Entendimiento Bicentenario.
De entre las reservas o cautela del gobierno mexicano para prohibir las exportaciones químicas chinas seleccionadas por Washington, la DEA encasilla la precaución del presidente López Obrador de dañar la relación comercial con Beijing y las inversiones del coloso asiático.
Sin datos ni información que contraste con los argumentos de la DEA por parte del gobierno mexicano, se desconoce cuál es la realidad y magnitud en materia de volumen y montos de dinero de la importación que México hace de esas sustancias chinas.
Con Duarte Olivares se había adelantado –vía telefónica– que se proporcionaría la etapa en la cual se encuentra la evaluación de la posible suspensión de compra de productos químicos de China, y los datos recopilados sobre qué empresas o personas son las importadoras.
Dentro de la lista de las 58 sustancias bajo vigilancia de la Cofepris, por su susceptibilidad al uso dual (para elaboración de drogas sintéticas e ilegales), se encuentran las propuestas por el gobierno estadunidense e identificadas en la lista entregada en Washington a Proceso.
El funcionario del gobierno mexicano acepta y revela que, sobre el asunto del fentanilo, dentro del gobierno federal no hay mucha receptibilidad sobre la magnitud del problema.
Admite que, aunque en las secretarías de Seguridad y Protección Ciudadana, la de Defensa Nacional (Sedena) y la de Relaciones Exteriores están al tanto de las exigencias de Estados Unidos, entre ellas no existe coordinación para darle respuesta al problema.
La Sedena y la Secretaría de Marina (Semar), de acuerdo con la explicación del funcionario mexicano, “limitan mucho la intervención de otras dependencias federales sobre el funcionamiento y dinámica de los puertos de Manzanillo y Lázaro Cárdenas”.
Michoacán y Colima no sólo son entidades de ruta y producción de drogas, sino territorios con presencia y dominio por parte del Cártel de Sinaloa y del CJNG, así como de células más pequeñas del crimen organizado que exportan fentanilo, anfetaminas y metanfetaminas a Estados Unidos.
“La Sedena y la Semar –dice el funcionario del gobierno mexicano entrevistado– tienen informes detallados sobre cómo manejan la compra de precursores químicos de China y cómo llegan a Manzanillo y Lázaro Cárdenas.
“No es todo, han compartido a medias, en las reuniones de seguridad con el presidente López Obrador, la razón social de las empresas y los nombres de las personas que trabajan como prestanombres o frentes de los cárteles”, añade el funcionario mexicano.
La tendencia creciente de muertos por sobredosis con fentanilo y otros estupefacientes sintéticos en Estados Unidos es una bomba de tiempo para la presidencia de Joe Biden. Conforme pase la pandemia por covid-19, la Casa Blanca deberá afrontar la emergencia por el consumo de opiáceos.
Sobre este asunto y su potencial para detonar un conflicto diplomático, el funcionario federal estadunidense se limita a decir que, en la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado, la sociedad de ambos países siempre va a ser la mayormente afectada, por los muertos por sobredosis y por los muertos causados por la violencia de los cárteles.
Con información de Proceso.