CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Despedidos tras una manifestación en la que pedían salarios dignos y material de protección para atender a pacientes covid, los doctores Citlali Guadalupe Rodríguez Fonseca y Vicente Ortega, esposos y padres de dos menores, aseguran que la Cruz Roja delegación Hidalgo dejó a sus hijos desamparados, sin ingresos para afrontar la crisis económica ocasionada por la pandemia, después de ocho y siete años de servicio, sin recibir lo que por ley les corresponde.
De un grupo de aproximadamente 40 trabajadores –entre socorristas, personal médico y de enfermería– que se manifestó el 21 de diciembre afuera de la clínica Pachuca sur, ellos fueron los únicos removidos de su cargo, a menos de 24 horas de la protesta, cuando aún no se cumplía el plazo que habían pedido tanto los directivos de Cruz Roja como el gobierno del estado para dar respuesta a un pliego petitorio en el que también requerían seguro médico y contratos regulares, entre otros 22 puntos iniciales.
“Ellos no se pusieron a pensar que nosotros somos padres de familia y que nuestros hijos dependen de estos trabajos”, expuso la doctora Rodríguez Fonseca, quien fungía como coordinadora del turno matutino en el hospital.
Además, cuestiona el porqué “las instituciones gubernamentales no voltean a ver qué está pasando en esta situación y el porqué a nosotros”, ya que su esposo había sido nombrado por sus compañeros su representante en la negociación.
Su demanda llegó a la sede de la Cruz Roja en la Ciudad de México y a Palacio Nacional, donde buscan la intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien el pasado 23 de octubre, cuando firmó un decreto por el cual se reconoce el Día del Médico, pidió garantizar la seguridad laboral de quienes están en la primera línea de combate en la pandemia.
Lo que ambos percibían en Cruz Roja, afirma, representaba 80 por ciento de los ingresos de su familia. El otro 20, con el que ahora deben afrontar la manutención de su casa y un proceso en busca de justicia, corresponde a un trabajo de su esposo en la medicina privada.
Para Citlali Rodríguez, la acción del director del hospital, Héctor Carreto Díaz, quien aprobó las bajas, fue una medida represiva por la protesta, y un mensaje para el resto de trabajadores: “el hecho de que nos despidan a los dos es una forma de castigo y es a lo que nosotros nos referimos: están pisoteando nuestros derechos laborales, nuestros derechos de la salud; están pisoteando hasta los derechos de nuestros hijos, porque en medio de una pandemia los dejan desamparados, sin el mayor sustento económico de sus padres”.
Vicente Ortega, coordinador médico de Guardia Nocturna A, contó que el día 21, después de la protesta, “todavía me tocó trabajar en el turno de la noche e hice las actividades que regularmente me toca hacer en la coordinación y, al otro día, estaba saliendo de cirugía cuando me entero que ya no dejaban checar a mi esposa.
“Salgo y ya había pasado la situación, que no tuvieron delicadeza, ni siquiera por educación ni por agradecimiento al tiempo que llevábamos laborando, trabajando más de lo debido, ¿por qué no decirlo? Nunca nuestro trabajo dejó algo qué decir; al contrario, y lo reconoció el doctor Carreto, siempre tratamos de corresponder a la confianza que se nos tenía”.
Sin percibir pago adicional, Ortega también coordinaba el área de formación en el hospital, con alumnos de medicina de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) y la Universidad Siglo XXI. Además, señala que por la confianza que le tenía, cuando llegaba un paciente “especial”, que es como se denomina a los familiares de los directivos, le encomendaban el cuidado y la atención directa.
Los médicos tienen el antecedente que hay personal de enfermería con demandas que datan de cuatro años y, aun el fallo de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje, que acreditó la violación a sus derechos laborales, la dirección del nosocomio se ha negado a pagarle.
Las tres versiones del despido
A los doctores Citlali Rodríguez y Vicente Ortega, el director del hospital, Héctor Carreto, les dijo primeramente que el despido era ordenado de “arriba”. En la jerarquía de la Cruz Roja, “arriba” sólo está el delegado en Hidalgo José Saade Kuri, a quien, de acuerdo con los médicos, Carreto atribuyó la decisión.
Saade, yerno del exprocurador General de la República Jesús Murillo Karam, fue captado en un video en julio de 2017, tras un evento encabezado por la presidenta del sistema DIF estatal, Victoria Ruffo, en el que le dice a un socorrista que se acercó a pedirle uniformes para voluntarios de la Cruz Roja: “¡tú no tienes por qué pedir nada, porque no eres nadie!”.
Sin embargo, en una reunión con representantes de gobierno el mismo día de los despidos, en la que estuvo presente el subsecretario de gobernación de Hidalgo, Juan Luis Lomelí Plascencia, Carreto afirmó que se debió a falta de presupuesto.
Los médicos replicaron que, si se debía a un tema económico, por qué no se prescindió de los servicios de los recién contratados, con base en escalafón, debido a que hay personas con meses de antigüedad, cuando ellos alcanzaban los ocho años.
El mismo día, Carreto dijo en entrevista con Proceso que él tomó la decisión de remover a Rodríguez y Ortega por una supuesta violación a los estatutos internos, ya que, aseguró, obstruyeron el paso de una ambulancia mientras ocurría la manifestación, lo cual, remarcó, puso el riesgo vidas.
Los médicos respondieron que no hay evidencia de obstrucción, debido a que, durante la manifestación, acordaron que el personal del turno verpertino se mantuviera en sus puestos para garantizar la operatividad del nosocomio, además de que liberaron los accesos para ambulancias. Además, señalan que de al menos 40 personas que participaron, sólo dos fueron penalizados.
“No hay ninguna ambulancia que se haya detenido. Yo enfrenté al doctor Carreto frente a los de Gobernación y le dije que, si decía eso, tenía que ofrecerme una disculpa porque era una vil mentira, y yo tenía como comprobarlo, porque yo tenía las notas de los pacientes y el checador de la urgencióloga, que llegó a checar como siempre llega. Le dije que no se valía que se agarraran de mentiras para justificar lo que habían hecho”, señaló Citlali Rodríguez.
La doctora consideró que no debe estar al mando de la institución “gente que ni siquiera los principios básicos de Cruz Roja defienden, que ni siquiera pregonan con el ejemplo. ¿Dónde quedó su sentido de humanidad, de imparcialidad, de unidad, como tanto lo dice nuestro lema?
“Estamos decepcionados, decepcionados de los directivos y no queremos que esto se quede impune. En algún lugar debe de haber justicia y hasta donde esté la tenemos que encontrar”.