Guinness World Records (GWR) informó el jueves que revocó el título al “perro más viejo del mundo” que concedió el año pasado a un can portugués llamado Bobi, ahora fallecido, al no hallar pruebas concluyentes de que en realidad vivió más de 31 años.
A raíz de las quejas de algunos veterinarios que plantearon dudas sobre su edad, GWR inició el mes pasado una revisión formal del título concedido en febrero de 2023, cuando dijo que Bobi tenía 31 años y 165 días, batiendo un récord que ostentaba desde 1939 un perro boyero australiano que murió a los 29 años y cinco meses.
Bobi, un rafeiro alentejano de pura raza que pasó su vida en una aldea del centro de Portugal, murió en octubre. Su raza, utilizada tradicionalmente como perro pastor, suele tener una esperanza de vida de 12 a 14 años.
Mark McKinley, director de registros de GWR, dijo en un comunicado que los datos del microchip obtenidos de la base de datos oficial portuguesa habían sido fundamentales para las pruebas de Bobi, pero resultó que el chip no exigía una prueba de edad para los perros nacidos antes de 2008.
“Con la declaración veterinaria adicional proporcionada como prueba de la edad de Bobi citando también estos datos del microchip, nos quedamos sin pruebas concluyentes que puedan demostrar definitivamente la fecha de nacimiento de Bobi”, escribió.
“Sin ninguna prueba concluyente a nuestra disposición en este momento, simplemente no podemos mantener a Bobi como poseedor del récord y afirmar honestamente que mantenemos los altos estándares que nos fijamos”.
El propietario de Bobi, Leonel Costa, no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios.
De Reuters.