Una alcaldesa afgana que huyó a Alemania dijo que trabajaría en su país de acogida para llamar la atención sobre la difícil situación de los que se quedaron atrás y que viven ante el miedo de los fundamentalistas talibanes que controlan Afganistán.
Zarifa Ghafari, quien fue una de las primeras alcaldesas del país en Maidan Shahr, al oeste de Kabul, hasta que los talibanes tomaron el poder la semana pasada, agradeció al gobierno y al pueblo alemán por “salvar” su vida y la de su familia.
“Sólo estoy aquí para alzar la voz de ese 99% de personas en Afganistán que no pueden salir de sus casas, de esas mujeres que no pueden trabajar, de esas mujeres que no pueden hablar”, dijo.
Ghafari habló en la ciudad occidental de Düsseldorf, donde se reunió con Armin Laschet, candidato a canciller del bloque conservador de Angela Merkel en las elecciones del 26 de septiembre.
Laschet, cuya campaña para suceder a Merkel como canciller conservador se ha tambaleado, ha sido criticado por sus rivales por decir que no debe repetirse la crisis migratoria europea de 2015, cuando Merkel acogió a casi un millón de solicitantes de asilo.
“Ella quiere luchar por su país y contar a todo el mundo lo que ha pasado allí”, dijo Laschet, ministro presidente del estado occidental de Renania del Norte-Westfalia, junto a una emocionada Ghafari en un hotel de Düsseldorf.
La última vez que estuvieron en el poder, los talibanes aplicaron estrictamente su interpretación ultraconservadora del Islam suní, que prohibía que las mujeres fueran a la escuela o trabajaran. El portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid, declaró el pasado martes que las mujeres “serán muy activas en la sociedad, pero dentro del marco del Islam”.
Ghafari, quien huyó primero a Estambul con su familia, dijo que era consciente de la crisis de los refugiados y la inmigración en Alemania, pero añadió: “Mi familia y yo no estamos aquí como migrantes”.
Su viaje fue facilitado por el Ejército alemán, cuyos soldados están ayudando a huir de Afganistán a ciudadanos alemanes y afganos, así como activistas y abogados cuyas vidas corren peligro por ayudar a las tropas de la OTAN.
Con información de Reuters.