Una orquesta que hace música con cañerías.
Esa es la idea que impulsa el Proyecto Locomotiva, que convierte tubos de cloruro de polivinilo (PVC) en violines y violonchelos y ofrece clases de música gratuitas a decenas de jóvenes músicos del estado brasileño de São Paulo.
“Es un proceso que lleva un poco de trabajo, consume mucho tiempo”, dijo Ivan da Silva Oliveira, un luthier que fabrica violines para el proyecto. El proceso de producción consta de 42 pasos, desde cortar y calentar la cañería hasta enmarcar y recortar el instrumento.
Pero no se puede negar el ahorro. Un violín fabricado por un luthier especializado en la construcción y reparación de instrumentos de cuerda puede costar hasta 8.000 reales (1.540 dólares), dependiendo de la madera, explica Iván. Incluso un violín promedio está valorado en unos 800 reales, pero el material de PVC hace que el coste baje a unos 300 reales.
Después de que empezaran a fabricar los violines en 2018, esta solución más barata permitió a la organización acabar con su larga lista de jóvenes de entre siete y 17 años que esperaban recibir un instrumento.
“Es una cañería de PVC que se convierte en un violín, con el que hacemos música, tocamos, hacemos un montón de cosas geniales. Esto es mágico”, dijo el director Rogério Schuindt.
Además de violines, el proyecto también produce violonchelos y tiene su propia orquesta.
Los tubos de PVC que suelen utilizarse en la construcción y las instalaciones hidráulicas son donados por la empresa petroquímica Braskem.
“Es algo sensacional, saber que una cañería que llevaba agua, ahora trae música”, dijo Gabriel Santos Espinoza, de 11 años, uno de los alumnos del proyecto, abrazando su violín de PVC.
Con información de Reuters.