VILLAHERMOSA, Tab. (apro).- Mientras el desbordamiento del río Usumacinta provoca graves daños en cinco municipios, brota de nuevo la inconformidad por el censo de damnificados.
El gobernador Adán Augusto López Hernández informó que el río Usumacinta (mono sagrado) incrementó sus aguas 2.50 metros respecto a su nivel crítico, causando “fuertes afectaciones” en los municipios de Tenosique, Balancán, Emiliano Zapata, Centla y Jonuta, ubicados en la región de Los Ríos que colinda con Guatemala.
Dijo que se trabajan en la protección de los centros poblacionales de esa región, mientras que los ríos Pichucalco, La Sierra, Samaria, Carrizal y Grijalva presentan descenso en sus niveles.
En el municipio de Centro (cabecera de Villahermosa) se incrementan los trabajos de bombeo para desalojar el agua en colonias de esta capital, en tanto que en la Villa Tepetitán del municipio de Macuspana – donde nació el presidente Andrés Manuel López Obrador- se refuerza el bordo del malecón.
El alcalde del municipio de Balancán, Saúl Plancarte Torres, informó que en esa localidad hay alrededor de siete mil habitantes damnificados de 48 comunidades, así como siete albergues instalados.
La mayor parte de la infraestructura carretera está completamente afectada y los daños al campo y la ganadería “son incalculables”, lamentó.
La alcaldesa del municipio de Centla, Guadalupe Cruz Izquierdo, reportó que aproximadamente el 51 por ciento de esa localidad se encuentra inundado, así como unos 55 mil habitantes afectados y 28 mil casas dañadas, además de cultivos perdidos y animales de traspatio muertos.
Refirió que las zonas más críticas son Quintín Arauz, Chilapa, Simón Sarlat, Zaragoza y Cuauhtémoc, donde viven mayoritariamente indígenas chontales.
Brotes de inconformidad
Mientras tanto, como a principios de octubre en la primera inundación, empiezan a surgir inconformidades por el censo de casas afectadas, así como por falta de apoyo para el campo y la ganadería.
El lunes, en el primer día de censo, indígenas chontales del poblado Tucta, del municipio de Nacajuca, retuvieron por más de cuatro horas a los “servidores de la nación” que realizan los censos, custodiados por el Ejército.
La inconformidad derivó porque se informó a la comunidad que solo serían censadas las casas que se inundaron para recibir los apoyos de 8 mil pesos para limpieza del inmueble y un vale para reposición de enseres domésticos.
Sin embargo, la población exigía que todas las casas fueran censadas, aunque no estuvieran anegadas.
El delegado municipal de Tucta, Vicente Hernández Pérez, dijo que todos fueron afectados porque la gente lleva semanas sin trabajar y que fue instrucción del presidente Andrés Manuel López Obrador “apoyar a todos”.
La encargada del censo en Nacajuca, Mayra de la O, admitió que se reportaron alrededor de 25 mil viviendas afectadas en ese municipio, sin embargo, solo se entregarán apoyos a poco más de 18 mil casas.
Incluso, en algún momento la población arrebató a los censadores los cuestionarios ya levantados, mientras que elementos del Ejército que les acompañaban se retiraron.
Otro problema que surge es que miles de damnificados rentan casas y aunque perdieron todo con la inundación, los propietarios del inmueble se quieren quedar con los apoyos del gobierno federal.
Un ejemplo es la señora Anabella López, su esposo y tres hijos que desde hace más de 20 días “viven” a pie de la estatua “Tabscoop”, a la entrada y salida de Villahermosa hacia el municipio de Macuspana.