CIUDAD DE MÉXICO, 28 ene (Reuters) – La Iglesia católica y diversos organismos de derechos humanos mostraron el jueves su indignación con el Gobierno de México, luego del reciente hallazgo de casi una veintena de personas calcinadas en el norte del país.
El fin de semana, los cuerpos de 19 presuntos migrantes guatemaltecos fueron encontrados en una zona apartada entre los estados de Tamaulipas y Nuevo León. Supuestos familiares de las víctimas se encuentran realizándose pruebas de ADN para corroborar la identidad de los fallecidos.
“Estos hechos nos indignan porque son expresiones de violencia que no corresponden al Tamaulipas de paz que deseamos y estamos construyendo entre todos”, aseguró el jueves el gobernador del estado, Francisco García.
Autoridades de Tamaulipas y Guatemala han dicho que hasta ahora no se ha establecido un vínculo entre las víctimas y un grupo de migrantes del país centroamericano reportados como desaparecidos.
A mediados de enero, una caravana de miles de centroamericanos con destino a Estados Unidos fue desbaratada a su paso por Guatemala y México. Sin embargo, grupos más pequeños suelen abrirse camino aunque no siempre llegan a su destino, víctimas del crimen organizado.
La secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, aseguró en la semana que el caso no quedará impune y descartó que fuera otro “San Fernando”, una masacre de 72 inmigrantes ocurrida en Tamaulipas en 2010 a manos del cártel Los Zetas.
“Este hecho (…) se suma a los tantos secuestros, desapariciones y masacres que bañan de sangre a nuestro país”, se lamentó José Torres, un miembro de la iglesia Católica en México quien tiene a su cargo 120 casas de migrantes. “Es prioritario que el Gobierno federal establezca políticas migratorias justas, seguras y ordenadas”, agregó.
Cada año, miles de migrantes, en su mayoría centroamericanos, huyen de la pobreza y violencia en casa y enrumban hacia Estados Unidos en busca del “sueño americano”. Sin embargo, durante su largo y peligroso trayecto, que incluye el vasto territorio mexicano, muchos son víctimas del crimen.