La anterior fue la segunda semana de trabajos de familiares en la IV Brigada Estatal de Búsqueda por Nuestros Desaparecidos, que se concentró en zonas conurbadas y rurales de los municipios de San Quintín, Ensenada y Rosarito.
La búsqueda se dividió en dos grupos: madres y padres quienes prefieren concentrar sus esfuerzos en buscar en vida y en campo.
En vida significa el trabajo para intentar dar con pistas de posible paraderos, por lo que se realiza volanteo, pega de fichas de desaparición por lugares transitados, manifestaciones en dependencias, visita a zonas de tolerancia, centros de rehabilitación, lugares de concentración de migrantes y personas en situación de calle.
Además de revisión de fotografías, tanto del Sistema Penitenciario local, como de personas no identificadas o restos óseos no reclamados en el Servicio Médico Forense de la Fiscalía General del Estado.
Los trabajos en campo se concentra en localizar fosas, generalmente en zonas rurales, aunque también urbanas, para localizas restos humanos. En este trabajo hay mucho esfuerzo físico para recorrer grandes distancias y lugares agrestes, además de estar cargando las herramientas necesarias para poder ubicar y exponer los entierros clandestinos.
Los últimos días de Brigada se concentrara en el municipio de Tijuana, en donde las madres y padres concentraran los esfuerzos para saber que fue lo que sucedió y poder localizar a sus familiares.
