El número de muertos por las fuertes lluvias en la ciudad brasileña de Petrópolis, situada en una región montañosa del estado de Río de Janeiro, había aumentado a 104 para la mañana del jueves, según el departamento de bomberos del estado.
Los aguaceros, que el martes superaron la media de todo el mes de febrero, provocaron deslizamientos de tierra que sepultaron casas, inundaron calles, arrastraron coches y autobuses y dejaron tajos de cientos de metros de ancho en las laderas de las montañas de la región.
El gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, describió el miércoles la situación “casi como una guerra” mientras los bomberos y los equipos locales de defensa civil seguían trabajando en el lugar.
El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, ha prometido ayudar a la región y dijo que visitaría las zonas afectadas el viernes, una vez que regrese de un viaje oficial por Rusia y Hungría.
Desde diciembre, las fuertes lluvias han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra en el noreste y el sur de Brasil, al tiempo que han amenazado con retrasar las cosechas en la región centro-occidental del país y han obligado a suspender brevemente las operaciones mineras en el estado de Minas Gerais.
Con información de Proceso.