Al menos 58 personas murieron después de que fuertes lluvias azotaron Petrópolis, una ciudad de la región montañosa del estado brasileño de Río de Janeiro, informó el miércoles el gobierno local.
Las calles de la ciudad quedaron inundadas por los aguaceros y también hubo fallecidos por deslizamientos de tierra.
En el barrio de Morro da Oficina hasta 80 casas sufrieron los desprendimientos, según las autoridades, que esperan que el número de muertos aumente. Bomberos y los equipos locales de defensa civil estaban trabajando en el lugar.
“La situación es casi como una guerra (…) Autos colgando de los postes, autos volcados, mucho barro y agua todavía”, dijo el gobernador de Río de Janeiro, Claudio Castro, a periodistas en el lugar.
El ayuntamiento de Petrópolis declaró tres días de luto. Los desplazados fueron llevados a escuelas y refugios. Más de 300 personas tuvieron que abandonar sus casas.
“El agua llegó muy rápido y con mucha fuerza. La pérdida fue del 100%. Nuestra vida ya era dura con la pandemia y el menor movimiento, y encima llega esta tragedia”, dijo el comerciante Henrique Pereira.
El presidente Jair Bolsonaro, que está de viaje en Rusia, dijo en Twitter que había pedido a los ministros que ayudaran a la ciudad y a las víctimas de la tormenta.
En Moscú, antes de reunirse con el presidente ruso, Vladimir Putin, Bolsonaro dijo que había hablado con el ministro de Desarrollo Regional, Rogerio Marinho, y el de Economía, Paulo Guedes, para asegurar la ayuda a la ciudad.
Desde diciembre, fuertes lluvias han provocado inundaciones y deslizamientos de tierra mortales en el noreste de Brasil y en el estado de Sao Paulo, amenazando con retrasar las cosechas en el medio oeste y han obligado a suspender brevemente las operaciones mineras en el estado de Minas Gerais.
Con información de Reuters.