WASHINGTON (proceso).- Pese a la flexibilización y cambios a las leyes migratorias de Estados Unidos que anunció Joe Biden, México mantendrá la militarización de sus fronteras. “La Guardia Nacional va a seguir resguardando la frontera, en la del sur va a seguir su presencia”, dice en entrevista telefónica con Proceso el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.
Referente al caso del general Salvador Cienfuegos –que ha provocado tensión con Washington–, el canciller expone que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador buscará tener una buena relación con el de Biden.
Sostiene que para que ello ocurra, la relación deberá estar asentada en tres bases: “Respeto mutuo, si no hay respeto no se puede ser aliado; dos, tiene que haber una base de confianza, si no, tampoco se puede ser aliado, y tres, tiene que haber una visión común de qué quieres hacer, qué quieres lograr, cuáles son las metas”.
A su llegada a la Presidencia de Estados Unidos el pasado miércoles 20, Biden modificó la política migratoria de su país, al tiempo que el gobierno de López Obrador retiene la militarización de la suya.
El nuevo mandatario estadunidense firmó órdenes ejecutivas que, entre otras cosas, congelan 100 días las deportaciones de inmigrantes indocumentados, restablecen las leyes de asilo y acaban con la construcción del muro fronterizo. También envió al Congreso federal un proyecto de ley que propone regularizar el estatus de residencia y laboral de unos 11 millones de inmigrantes indocumentados, la gran mayoría mexicanos.
Ebrard dice que el gobierno mexicano ve lo hecho por Biden como algo “extraordinariamente positivo y alentador”. Considera que existe una coincidencia estructural entre los dos mandatarios: humanizar las políticas migratorias.
Sin embargo, al ser cuestionado sobre el despliegue de la Guardia Nacional en las fronteras sur y norte de la República mexicana, el titular de Relaciones Exteriores se explaya sobre las razones por las que los militares se quedarán en las franjas limítrofes.
“En este momento ya no sólo para que haya un flujo migratorio ordenado, sino porque tienes un tráfico importante tanto de armas como de drogas, y debemos tener control de la frontera. Mucho tiempo no hubo frontera”, subraya el canciller.
Una fuerza “polivalente”
Donald Trump amenazó con imponer aranceles a las exportaciones de México si no detenía la migración indocumentada de centroamericanos. Ello empujó a López Obrador a militarizar las fronteras. Con el fin de la Presidencia de Trump, se hubiese pensado que México anularía esa medida.
Pero no. “La Guardia Nacional tiene esos espacios y tiene que auxiliar a la autoridad migratoria, y tiene otras funciones: es polivalente. Un avión caza y bombardero es un avión polivalente; o sea que tiene que hacer diversas funciones en el mismo territorio”, dice Ebrard.
–¿En la frontera norte cambiará el papel de la Guardia Nacional? –se le pregunta.
–Sí, va a tener la vigilancia, pero seguramente tendremos una posición con estas iniciativas (de Biden) y sobre todo con la inversión que quieren hacer aquellos países; mucho mejor para México –explica.
Como lo hizo López Obrador en una de sus conferencias mañaneras de la semana pasada, el canciller rememoró un encuentro ocurrido hace nueve años en la Ciudad de México entre los ahora mandatarios Biden y López Obrador.
“Ambos platicaron de este tema cuando se reunieron en 2012. Esa fue la sustancia de lo que hablaron, de la necesidad de que se pudiera, ojalá, avanzar en esa línea, en esa dirección”, relata Ebrard.
–¿En 2012 López Obrador ya sabía que Biden iba a ser presidente? –se le pregunta.
–No, le dijo eso en razón de un diálogo en donde ambos se veían como posibles; si no, para qué se reunían… o como posibles interlocutores políticos importantes. Desde entonces el presidente estaba en campaña y Biden vino a México a entrevistarse con varios candidatos; uno de ellos, el presidente López Obrador.
Por la tarde del viernes 22 López Obrador se comunicó telefónicamente por primera vez con Biden desde que éste reemplazó a Trump.
El canciller subraya que la política migratoria mexicana, en comunión con la nueva de Estados Unidos, se centrará en intentar resolver las causas que provocan el éxodo de personas: la falta de empleo y la pobreza.
Considera que entre López Obrador y Biden hay “una coincidencia sustantiva”, porque el plan es comenzar a construir una relación personal entre los presidentes.
“Eso va a ser así. Lo que buscaremos es un encuentro entre ambos presidentes tan pronto sea posible para ambos en su agenda. Lo que me interesa como canciller es que puedan tener un diálogo franco y empezar a construir una relación personal. Eso puede ser más de la mitad de la suerte que corra la relación (bilateral), que tengan una buena relación entre ellos.
–¿Sigue vigente el plan de invitar a México al presidente Biden en visita de Estado o de trabajo? –se le insiste.
–Sí. Definitivamente. Y más con la conversación que tuvieron –contesta.
El presidente mexicano no esconde su empatía con el expresidente estadunidense, a quien primero en su libro ‘¡Oye Trump!’ equiparó con Adolfo Hitler y, luego, en visita a la Casa Blanca el 8 de julio de 2020, lo comparó con George Washington.
La semana pasada López Obrador afirmó desde Palacio Nacional que hay personajes que quisieran verlo en confrontación con Biden, tal y como querían que peleara con Trump cuando asumió la presidencia mexicana.
“No es que lo estén obligando, porque a un presidente no lo puedes obligar, pero hay muchos comentarios y cálculos políticos que desearían un enfrentamiento con Estados Unidos”, apunta Ebrard sobre el caso.
Reconoce que en la agenda bilateral puede haber “muchos temas” en los que haya tensiones y diferencias, pero anota que la intención del presidente de México respecto al de Estados Unidos es siempre tener una buena relación.
“Aquí con más razón, porque la plataforma que el presidente Biden está llevando a cabo a partir del 20 de enero de este año, coincide estructuralmente con las causas o planteamientos o posicionamientos que siempre ha defendido el presidente López Obrador.”
La búsqueda del “aliado”
En la agenda entre México y Estados Unidos lo ocurrido con Cienfuegos podría ser el primer punto de desacuerdo con el gobierno de Biden en materia de seguridad nacional.
Arrestado el pasado 15 de octubre en el aeropuerto de Los Ángeles, por acusaciones de narcotráfico y lavado de dinero, y repatriado a México el 19 de noviembre, Cienfuegos podría ser un piedra en el zapato del gobierno de Biden.
“Vamos a establecer comunicación con las nuevas autoridades en las próximas semanas. Nosotros habíamos propuesto un Grupo de Alto Nivel en Seguridad. Lo vamos a reactivar. Hay puntos a tratar. Uno de ellos es éste, un punto importante”, comenta Ebrard sobre el caso del general.
El jueves 14 la Fiscalía General de la República (FGR) exoneró a Cienfuegos tras analizar las “evidencias” contra el general que el Departamento de Justicia envió a México y que el gobierno de López Obrador hizo públicas.
Un día después, el propio Departamento de Justicia acuso a México de violar el Tratado de Asistencia Mutua Legal.
–¿Violaron el acuerdo? –se le pregunta al canciller.
–No es así. Y si eso en un momento dado se tiene que discutir, lo discutimos con todo gusto. Nosotros no hemos violado ningún acuerdo. Esa información, ese expediente, en México se tiene que hacer público porque la ley es más abierta que la de Estados Unidos.
Ebrard añade que la defensa legal de Cienfuegos tenía todo el derecho de conocer el contenido de lo que le entregó el Departamento de Justicia a la FGR y a la SRE.
“No hay violación al tratado porque se conozca el expediente. De hecho, sería imposible guardarlo bajo secreto, de acuerdo con las normas mexicanas. Ese no es el tema. El tema es que tenemos que construir unas bases de confianza y de respeto y además compartir información. Se tiene que abordar con el nuevo gobierno.”