MONTERREY, México, 3 feb (Reuters) – Doce policías fueron arrestados por autoridades mexicanas por su posible participación en el homicidio de 19 personas, entre ellas presuntos migrantes centroamericanos, en Tamaulipas, dijeron autoridades.
Las investigaciones de la masacre, ocurrida en enero en el municipio Camargo, mostraron que los efectivos probablemente estuvieron involucrados en el crimen, dijo el martes el fiscal del estado, Irving Barrios, en una conferencia de prensa.
Un portavoz de la fiscalía estatal dijo a Reuters que más tarde el miércoles los agentes serán llevados ante un juez local por la posible comisión de los delitos de homicidio calificado, abuso de autoridad en el desempeño de funciones administrativas y falsedad documental.
Hasta ahora, han sido identificados dos guatemaltecos y dos mexicanos entre las 19 víctimas, que fueron calcinadas. Barrios dijo en la víspera que en “próximos días” tendrían la identidad del resto.
Familias indígenas del país centroamericano denunciaron que temían que seres queridos que intentaban migrar a Estados Unidos estuvieran entre los muertos.
En un comunicado, el Gobierno de Guatemala manifestó su “rechazo absoluto antes las atrocidades cometidas en la masacre” e informó que trabaja de manera estrecha con las autoridades mexicanas en las investigaciones forenses para identificar a las víctimas.
La matanza ha provocado una renovada consternación por los peligros que enfrentan los migrantes, muchos de los cuales provienen de Guatemala, Honduras y El Salvador, en su ruta hacia Estados Unidos en busca de nuevas oportunidades.
En rueda de prensa, la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez, calificó de “gravísimo” lo sucedido. “Estas violaciones a los derechos humanos de los migrantes son absolutamente inaceptables”, afirmó.
Sánchez admitió que a veces personal migratorio y policías cometen irregularidades y delitos. “Hemos tenido problemas con muchos de los funcionarios de migración (…) y lo tenemos que reconocer para avanzar”, reveló.
Si se confirma la participación de los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley, el caso evocaría la desaparición de los 43 estudiantes en Iguala, por policías corruptos que colaboraban con una banda de narcotraficantes.