Los médicos en el este del Congo comenzaron una campaña de vacunación contra el ébola, dijo la Organización Mundial de la Salud, días después de que la muerte de un niño de dos años generó temores sobre otro brote importante.
El pequeño murió en una clínica de la ciudad de Beni, uno de los epicentros del brote 2018-2020 que dejó más de 2.200 muertos e infectó a unas 1.000 personas más.
La OMS dijo que tres personas del mismo vecindario fallecieron en septiembre después de experimentar síntomas similares al ébola, que incluyen vómitos intensos y diarrea.
Se necesita una secuenciación genómica adicional para determinar si el último caso está relacionado con brotes anteriores o si provino de una nueva fuente.
El ébola puede permanecer presente en el semen durante meses después de la recuperación, provocando brotes esporádicos de la enfermedad que, cuando se detectan temprano, generalmente son más fáciles de contener.
Los trabajadores de la salud están monitorizando a más de 170 contactos y se han enviado 200 dosis de vacunas a Beni, dijo la OMS.
La vacuna ha revolucionado la lucha contra la fiebre hemorrágica, que normalmente mata aproximadamente a la mitad de las personas a las que infecta.
El beneficio se ha sentido más en el Congo, que ha registrado 12 brotes desde que se descubrió la enfermedad en el bosque ecuatorial cerca del río Ébola en 1976.
En 2018 ayudó a contener el virus en la concurrida ciudad de Mbandaka, con una población de más de un millón de personas.
“El ébola es un virus letal que puede propagarse de forma rápida y agresiva. Pero las vacunas pueden crear un cortafuegos de protección alrededor de los casos, detener la cadena de transmisión, evitar un brote potencialmente grande y salvar muchas vidas”, dijo en un comunicado Matshidiso Moeti, director para África de la OMS.
Con información de Reuters.