El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, confirmó el jueves por primera vez que su Gobierno monitoreó el teléfono de un controvertido activista, como parte de una investigación contra un miembro de un grupo criminal.
Un informe de grupos sin fines de lucro acusó este mes al Gobierno mexicano de espiar las comunicaciones del defensor Raymundo Ramos en 2020, publicando documentos que mostraban cómo militares tenían acceso a los mensajes que él envió a algunos periodistas.
“Este ciudadano (…) estaba hablando por teléfono con un presunto narcotraficante”, dijo López Obrador en su habitual conferencia de prensa matutina. “Como el presunto narcotraficante estaba siendo investigado, obtuvimos esta grabación”, agregó.
El Centro Nacional de Inteligencia de México estuvo involucrado en el caso, comentó el mandatario, y agregó que la entidad de gobierno se enfoca en investigar presuntos delincuentes por lo que puede intervenir sus teléfonos con la autorización de un juez.
AMLO no dio más detalles sobre el caso de Ramos, pero aseguró que se proporcionaría más información más tarde el jueves.
López Obrador ha rechazado que su Gobierno espíe a activistas, periodistas y opositores, por lo contrario afirma que ellos solo realiza labores de inteligencia para combatir el crimen. No obstante Ramos alega haber sido espiado por el polémico software Pegasus en 2020, durante su administración.
Por varios años, Ramos ha representado legalmente a víctimas de abusos militares en el violento estado Tamaulipas, fronterizo con Estados Unidos, donde grupos criminales a menudo libran sangrientas batallas territoriales.
“Quieren matar al mensajero”, dijo Ramos en una llamada telefónica a Reuters. “Ellos quieren que deje de señalar los abusos y masacres de las fuerzas armadas los cuales no han parado con el gobierno de López Obrador, pero no lo van a lograr”, afirmó.