Los trabajadores del campo en Baja California tienen que lidiar con el poco o nulo acceso a servicios públicos.

Estas condiciones obligan a los jornaleros a pasar sus días bajo condiciones precarias, explicó el doctor en Sociología por la Universidad de Manchester, Agustín Escobar Latapí.

“Hay carencias sociales muy importantes. En la encuesta (registramos) probablemente las peores condiciones de vivienda que hemos visto en el país en términos de la fragilidad de la construcción misma, como en términos de servicios”.

Campesinos, hombres y mujeres y en menor grado, pero todavía existente, niños, tienen poco abasto de agua en sus viviendas, misma que es muy costosa, a eso, se le añade la problemática de un escaso y mal servicio de drenaje, cerrando con el pobre sistema de recolección de basura que bridan las autoridades, según lo expresó el doctor.

De acuerdo a los datos recabados por el académico, los jornaleros que laboran en Baja California cuentan con los mejores salarios a nivel nacional, esto al percibir 7 mil 680 pesos mensuales.

La cantidad es baja si se compara con aquellos que trabajan en las ciudades como chóferes de aplicación o de ruta, trabajadores de la construcción, entre otros.

FOTO: MARGARITO PÉREZ RETANA/CUARTOSCURO.COM

Además, los trabajadores del campo se ven obligados a invertir una importante cifra de su pago en el renglón de costo de vida, precisó Escobar Latapí. Esto al tener que gastar en servicios que en teoría debería proporcionar el Estado o el municipio.

“Hay escasez muy seria de estancias para cuidados infantiles. Prácticamente todos los trabajadores que tienen a sus hijos bajo cuidado infantil están en estancias pagadas por los empresarios”, dijo.

En San Quintín, alrededor de seis guarderías que eran operadas por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), fueron cerradas, apuntó el doctor en Sociología.

“El cuidado de salud es muy básico y muy insuficiente. Aunque se amplió una clínica de bienestar, esa ampliación es muy insuficiente. Hay que hacer mucho más y ofrecer mucho más en términos de cuidados infantiles y de cuidados a la salud”, subrayó.

Este último concluyó que si bien hay avances en términos laborales, como trabajo formal y prestaciones de Ley, poca presencia de trabajo forzado e infantil, las necesidades de los jornaleros siguen existiendo en tres ejes a resaltar.

El primero es el referente a las prestaciones pagadas al IMSS y al Infonavit, las cuales deben hacerse efectivas, según lo mencionado por Escobar Latapí, quien detalló los dos puntos restantes.

“Los servicios públicos municipales o urbanos, deben hacerse realidad. Y tercero, los productores informales o rancheros deben cumplir con la Ley, entendemos sus condiciones, no estamos diciendo que son unos delincuentes, pero sí es importante que las condiciones laborales de sus trabajadores lleguen a ser las legales”, finalizó.

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