El domingo faltará un año para el partido inaugural de la Copa del Mundo de Qatar 2022 y el torneo, disputado por primera vez en un invierno del hemisferio norte, está tomando forma rápidamente.
El partido inaugural se llevará a cabo el 21 de noviembre en el estadio Al Bayt, con capacidad para 60.000 personas.
Sin duda, el inicio del torneo será un alivio para los organizadores, ya que el fútbol ocupará un lugar central, alejando el protagonismo de los numerosos problemas fuera de la cancha, como los derechos laborales de los trabajadores migrantes, que han rodeado el evento.
Dado que Qatar es el país más pequeño en tamaño (11.600 km2) en albergar la Copa del Mundo y, como todos los estadios están situados en la capital Doha y sus alrededores, los aficionados podrán asistir a varios partidos el mismo día.
Los hinchas de todo el mundo podrán sintonizar en sus televisiones cuatro partidos consecutivos en un día, algo sin precedentes.
En este caso no se repetirá la prisa de última hora por terminar los estadios y la infraestructura, como fue el caso del torneo de 2014 en Brasil.
Según el comité organizador, cinco de los ocho estadios construidos especialmente para la Copa del Mundo están terminados ya.
Dos más -el estadio Ras Abu Aboud y Al Bayt- se inaugurarán durante la Copa Árabe, un ensayo general para el Mundial que comienza el 30 de noviembre y termina un año antes de la final de la Copa del Mundo, el 18 de diciembre.
El último recinto que estará terminado es el Estadio Lusail, la sede de la final.
“Para todos los amantes del fútbol, esto será como una juguetería para un niño”, dijo el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, esta semana. “Habrá ocho estadios de última generación, algunos de los estadios más hermosos del mundo a 50 kilómetros (entre sí)”.
Moverse por Doha, según los organizadores, tampoco será un problema.
“En lo que respecta a nuestros avances, hemos completado el 98% de las obras de infraestructura”, dijo a la prensa Fatma Al-Nuaimi, portavoz del comité organizador.