En los Juegos Olímpicos de París 2024, Mijaín López logró su quinta medalla de oro en lucha grecorromana (130 kg), una hazaña sin precedentes. Este logro se suma a sus victorias en Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020, consolidando su estatus como una leyenda olímpica.

Con este nuevo oro en la capital francesa, López estableció un récord histórico al convertirse en el primer atleta en ganar la medalla de oro en una disciplina individual en cinco Juegos Olímpicos consecutivos.

Este logro no solo marca un hito en el olimpismo, sino que también dejó una imagen imborrable: tras recibir la medalla, López se quitó los botines, besó el corazón del tapiz y los colocó en el centro del escenario como símbolo de su retiro.

La emoción fue palpable, con lágrimas en los ojos de su entrenador, él mismo y del público, creando un momento que quedará grabado en la memoria de todos.

A pesar de que su participación en París 2024 ya le había asegurado un récord previo, al convertirse en el primer luchador en competir en seis Juegos Olímpicos, López no mostró signos de desaceleración. En la final, se impuso con claridad al vencer por 6-0 a Yasmani Acosta, otro cubano que representa a Chile.

Acosta, quien había ganado una medalla de bronce en el Mundial de 2017 en París, agregó una medalla de plata a su colección en estos Juegos. Su mayor éxito previo había sido el oro en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023. En París 2024, Acosta alcanzó un nuevo nivel de reconocimiento el 6 de agosto en Champs-de-Mars.

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