Al menos tres personas murieron en protestas contra los talibanes en la ciudad afgana de Jalalabad, dijeron testigos, mientras el grupo militante avanzaba hacia la creación de un gobierno y los países occidentales aceleraban las evacuaciones en el caótico aeropuerto de Kabul.
Las muertes complican los esfuerzos de los talibanes para consolidar el gobierno islamista y sus promesas de paz tras conquistar la capital. Han dicho que no se vengarán de sus viejos enemigos y respetarán los derechos de las mujeres en el marco de la ley islámica.
Los testigos dijeron que los decesos en Jalalabad ocurrieron cuando residentes locales intentaron izar la bandera nacional afgana en una plaza de la ciudad, a unos 150 kilómetros de la capital, en la carretera principal hacia Pakistán.
También hubo más de una decena de heridos después de que militantes talibanes abrieron fuego contra los manifestantes en la ciudad oriental, dijeron dos testigos y un exoficial de policía a Reuters. No se pudo contactar de inmediato a portavoces talibanes para comentar el incidente.
Miles de afganos, muchos de los cuales ayudaron a las fuerzas extranjeras apoyadas por Estados Unidos durante dos décadas, están desesperados por salir del país y la gente sigue acudiendo en masa al aeropuerto de Kabul.
Comandantes talibanes y soldados dispararon al aire el miércoles para dispersar a la multitud congregada al exterior del aeropuerto, dijo un funcionario talibán. “No tenemos intención de herir a nadie”, afirmó a Reuters.
El presidente de Afganistán, Ashraf Ghani, está en Emiratos Árabes Unidos, dijo el miércoles el Ministerio de Relaciones Exteriores emiratí, después de que abandonó el país cuando los talibanes se hicieron con el control.
Unos 5.000 diplomáticos, personal de seguridad, trabajadores humanitarios y afganos han sido evacuados de Kabul en las últimas 24 horas, dijo un funcionario occidental a Reuters el miércoles.
Las evacuaciones en vuelos militares continuarán día y noche, señaló, agregando que arreglar el caos en el exterior del aeropuerto es un desafío. “Ahí fuera está todo frenético y en caos”, comentó.
ACCIONES Y NO PALABRAS
Uno de los líderes y cofundadores de los talibanes, el mulá Abdul Ghani Baradar, regresó a Afganistán por primera vez en más de 10 años y un funcionario talibán declaró que sus líderes se mostrarán al mundo, a diferencia del pasado, cuando vivían en secreto.
“El mundo verá a todos nuestros líderes de forma lenta y gradual”, dijo a Reuters.
La primera rueda de prensa de los talibanes desde su regreso a Kabul insinuó que impondrán sus leyes de forma más laxa que durante su duro gobierno de 1996-2001.
El principal portavoz del movimiento, Zabihullah Mujahid, afirmó que las mujeres podrán trabajar y estudiar y “serán muy activas en la sociedad, pero dentro del marco del Islam”.
Durante su gobierno, guiado igualmente por la ley religiosa de la ‘sharia’, las mujeres no podían trabajar, las niñas no podían ir al colegio y las mujeres debían vestir ‘burkas’ que las cubrían por completo para salir.
El embajador de Rusia ante Naciones Unidas, Vassily Nebenzia, dijo a la prensa el miércoles: “Veremos lo que hacen, si se corresponde con las declaraciones que han hecho”.
El primer ministro británico, Boris Johnson, se hizo eco de las palabras de los líderes de otros países occidentales y sostuvo que los talibanes serán juzgados por sus acciones.
“Juzgaremos a este régimen en función de las decisiones que tome, y por sus acciones más que por sus palabras, por su actitud ante el terrorismo, la delincuencia y las drogas, así como por el acceso humanitario y el derecho de las niñas a recibir una educación”, dijo Johnson al Parlamento, que fue convocado de su receso estival para debatir la crisis.
“EL TIEMPO LO DIRÁ”
Muchos afganos se muestran escépticos ante las promesas de los talibanes. Algunos dijeron que lo único que pueden hacer es esperar y ver.
“Mi familia vivió bajo los talibanes y tal vez realmente quieran cambiar o hayan cambiado, pero solo el tiempo lo dirá y va a quedar claro muy pronto”, dijo Ferishta Karimi, que dirige una sastrería para mujeres.
Mujahid dijo que los talibanes no buscarán represalias contra los antiguos soldados y miembros del gobierno, y que están concediendo una amnistía a los antiguos soldados, así como a los contratistas y traductores que trabajaban para las fuerzas internacionales.
“Nadie va a hacerles daño, nadie va a llamar a sus puertas”, afirmó, añadiendo que hay una “enorme diferencia” entre los talibanes de ahora y los de hace 20 años.
Con información de Reuters.