El presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó esta noche el despliegue de tropas en dos regiones separatistas del Este de Ucrania tras reconocerlas como independientes, acelerando una crisis que Occidente teme que pueda desencadenar una gran guerra.

Un testigo de Reuters vio tanques y otros equipos militares moviéndose a través de la ciudad de Donetsk, después de que Putin emitió un decreto que reconoce a las regiones separatistas y dijo al Ministerio de Defensa de Rusia que envíe fuerzas para “mantener la paz”.

Los movimientos provocaron la condena de Estados Unidos y Europa y promesas de nuevas sanciones, aunque no estaba claro si era el primer paso importante de Putin hacia una ofensiva a gran escala en Ucrania sobre la que los gobiernos occidentales han advertido durante semanas.

Un funcionario estadounidense de alto rango dijo que el despliegue en los enclaves escindidos ya controlados por los separatistas leales a Moscú no constituía todavía una “nueva invasión” que desencadene las sanciones más duras, pero que una campaña militar más amplia podría llegar en cualquier momento.

Se desconoce el tamaño de la fuerza que Putin ha enviado, pero el decreto dice que Rusia tiene ahora el derecho de construir bases militares en las regiones separatistas.

En un largo discurso televisado repleto de agravios contra Occidente, un Putin visiblemente enfadado describió a Ucrania como una parte integral de la historia de Rusia y dijo que el Este de Ucrania era una antigua tierra rusa.

La televisión estatal rusa mostró a Putin, junto con los líderes separatistas apoyados por Rusia, firmando un decreto que reconocía la independencia de las dos regiones separatistas ucranianas -la autoproclamada República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk- junto con acuerdos de cooperación y amistad.

Desafiando las advertencias occidentales en contra de esa medida, Putin había anunciado su decisión en llamadas telefónicas a los líderes de Alemania y Francia anteriormente, dijo el Kremlin.

La acción de Moscú podría torpedear un intento de última hora de celebrar una cumbre con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para evitar que Rusia invada Ucrania, algo que, según el funcionario estadounidense de alto rango, está ahora en duda.

El petróleo alcanzó su nivel más alto de los últimos siete años, las divisas refugio como el yen subieron y los futuros de las acciones estadounidenses cayeron, debido a que el flanco oriental de Europa se encontraba al borde de la guerra. El rublo amplió sus pérdidas mientras Putin hablaba, llegando a caer a más de 80 unidades por dólar.

El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskiy, que recibió una llamada de solidaridad de Biden, acusó a Rusia de arruinar las conversaciones de paz y descartó concesiones territoriales en un discurso a la nación a primera hora del martes.

Biden, quien también habló con el presidente francés, Emmanuel Macron, y el canciller alemán, Olaf Scholz, firmó rápidamente un decreto para detener toda la actividad comercial de Estados Unidos en las regiones escindidas y prohibir la importación de todos los bienes procedentes de esas zonas.

La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo que las medidas eran independientes de las sanciones que Estados Unidos y sus aliados han estado preparando si Rusia invade Ucrania.

El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, dijo que el decreto “está diseñado para impedir que Rusia se beneficie de esta flagrante violación del derecho internacional”.

El Consejo de Seguridad de la ONU tenía previsto reunirse públicamente sobre Ucrania a 21.00 hora del este (0200 GMT del martes), dijo un diplomático ruso, tras una petición de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

El portavoz del canciller alemán, Olaf Scholz, dijo que Alemania, Francia y Estados Unidos habían acordado responder con sanciones, mientras que la secretaria de Relaciones Exteriores británica, Liz Truss, dijo que Reino Unido anunciaría nuevas sanciones el martes.

El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, acusó a Rusia de “intentar montar un pretexto” para una nueva invasión. Rusia se anexó la región ucraniana de Crimea en 2014.

En su discurso, Putin ahondó en una historia tan lejana como la del imperio otomano y tan reciente como las tensiones por la expansión de la OTAN hacia el este. Sus exigencias de que Ucrania abandone su objetivo a largo plazo de unirse a la alianza militar atlántica han sido rechazadas repetidamente por Kiev y los Estados de la OTAN.

Con su decisión de reconocer a las regiones escindidas, Putin desechó las advertencias de Occidente.

“Considero necesario tomar una decisión que debería haberse tomado hace mucho tiempo: reconocer inmediatamente la independencia y la soberanía de la República Popular de Donetsk y la República Popular de Lugansk”, dijo Putin.

Un funcionario de la presidencia francesa dijo que el discurso “mezclaba varias consideraciones de carácter rígido y paranoico”.

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