Ricardo Salinas Pliego podría pagar cara la participación de Grupo Elektra en el desmantelamiento de Mexicana de Aviación, hace más de una década: de los siete créditos fiscales por más de 34 mil millones de pesos que el Servicio de Administración Tributaria (SAT) le determinó por “prácticas fiscales indebidas” y que han sido ratificados por el Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), 26 mil 980 millones se derivan de operaciones vinculadas con la extinta aerolínea.
Una revisión a más de 6 mil cuartillas de expedientes judiciales del TFJA y de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y consultas a las actas constitutivas de empresas involucradas en esta trama hasta ahora poco conocida, muestran que el propio Salinas Pliego y altos ejecutivos de Grupo Salinas encabezaron estos esquemas contables que el SAT ha sancionado de manera reiterada desde 2013.
Por lo menos entre 2010 y 2012 Grupo Elektra descontó de sus estados contables 14 mil 457 millones 857 mil pesos derivados de acciones de Mexicana de Aviación que había comprado por poco más de 600 millones de pesos. Y, por si fuera poco, volvió a descontar ese monto de sus resultados consolidados en el ejercicio fiscal de 2013.
La estrategia fue la siguiente: el 14 de septiembre de 2007 Grupo Posadas, entonces dueño de Mexicana de Aviación, escindió la empresa Compañía Mexicana de Aviación en dos bloques de sociedades. En un bloque puso los activos tangibles de la empresa, como los hangares, los aviones y los empleados, y a la par creó un bloque “fantasma” controlado por la empresa Grupo Mexicana de Aviación.
El bloque “fantasma” contenía cinco sociedades de papel: Impulsora de Negocios Omega, SA de CV; Operadora de Servicios Empresariales Zeta, SA de CV; Gestiones y Servicios Operativos Kappa, SA de CV; Impulsora de Enlaces Industriales Delta, SA de CV, e Impulsora Industrial Empresarial Beta, SA de CV, las cuales no tenían empleados ni bienes ni operaciones, pero controlaban acciones de la escisión de Compañía Mexicana de Aviación.
El 30 de diciembre de 2008 Grupo Elektra compró las sociedades del bloque “fantasma” por 613 millones 487 mil pesos, según consta en la resolución del juicio de amparo 221/2014. Durante esta adquisición estuvo presente Gastón Azcárraga Andrade, entonces presidente del Consejo de Administración y director general de Grupo Posadas, de acuerdo con la resolución judicial del caso RP 219/2016.
En enero de 2009 Grupo Mexicana de Aviación cambió su nombre a Servicios de Gestión Corporativos Barsam, y en agosto de ese año Grupo Elektra absorbió a esa empresa. Gracias a esta serie de movimientos, Grupo Elektra se convirtió en dueña de las sociedades de papel y de sus acciones. Mediante actas de consejos de administración fechadas en febrero de 2009, Salinas Pliego y altos ejecutivos de Grupo Elektra y TV Azteca –las dos ramas de Grupo Salinas– recibieron poderes legales en las sociedades.
En las actas mercantiles de las sociedades aparecen, junto al magnate, Pedro Padilla Longoria, Gabriel Roqueñi Rello, Rodrigo Pliego Abraham, Jesús Morales Aguilar y Francisco Xavier Borrego Hinojosa Linares, respectivos director general, director jurídico, director financiero, representante legal y vicepresidente jurídico en Grupo Salinas en ese tiempo. También figuran Luis Niño de Rivera Lajous y Carlos Septién Michel, exdirectores de Banco Azteca, o Luis Pablo Clorio Rojano, Carlos Helses Flores y Esteban Galíndez Aguirre, del área de finanzas de TV Azteca.
En los años siguientes Grupo Elektra vendió las sociedades de papel a otras empresas de Salinas Pliego por unos cientos de miles de pesos, y en cada una de estas operaciones reportó en sus resultados contables pérdidas fiscales multimillonarias por “enajenación de acciones”. Esas “pérdidas” las descontó de su Impuesto Sobre la Renta (ISR). Con ello reportó pérdidas en lugar de ganancias y evadió el correspondiente pago del impuesto.
En otras palabras: Grupo Elektra compró unas sociedades vacías y pretendió que sus acciones valían una fortuna, como si todavía estuvieran vinculadas al capital de 28 mil 279 millones de pesos que Compañía Mexicana de Aviación constituyó entre los años 80 y 2000, capital que respaldaba una empresa con una flotilla de aviones, hangares, simuladores de vuelo, rutas aéreas, ventanillas en aeropuertos y una plantilla laboral de más de 8 mil personas.
Si bien no se puede afirmar que Salinas Pliego participó en la estrategia de desmantelamiento de Mexicana de Aviación, la operación resultó extremadamente rentable para Grupo Elektra y su dueño: descontó de sus impuestos un monto 45 veces superior a la compra de acciones. Por el contrario, significó la ruina para Mexicana de Aviación y sus trabajadores, que en esa operación perdieron más de 14 mil millones de pesos de pasivos fiscales, dos años antes de entrar en concurso mercantil.
Ni Grupo Salinas ni el SAT contestaron a los cuestionarios que Proceso les envió semanas antes de la publicación de este reportaje. Azcárraga Andrade, por su parte, no contestó preguntas específicas sobre esta vertiente desconocida de la trama de Mexicana de Aviación.