La joven madre hondureña de un niño de dos años encontrado abandonado y semidesnudo en una apartada carretera de Veracruz, lo recibió feliz y con la promesa de no permitir que siga de nuevo la peligrosa ruta hacia Estados Unidos que toman miles migrantes huyendo de la violencia y la pobreza.

Lorena García, una campesina de 23 años, abrazó emocionada a su hijo Wilder en la norteña ciudad San Pedro Sula, a donde arribó el menor en un avión procedente de México luego de casi 20 días bajo custodia de las autoridades tras haber sido hallado, solo y llorando, junto a un camión de carga abandonado en una despoblada vía.

“Estoy feliz de ver de nuevo a Wilder. He sufrido bastante con lo que pasó. A mi niño ya no lo dejo irse, no lo pongo más en riesgo”, dijo a Reuters en una entrevista telefónica la mujer que viajó seis horas desde su poblado en una zona montañosa en el occidente de Honduras para recibir al menor.

Imágenes divulgadas por autoridades migratorias de México mostraron a Wilder en los brazos de una oficial, mientras esperaba para reunirse con su madre, junto a otro grupo de menores que también fueron retornados al empobrecido país centroamericano.

El niño partió junto a su padre Noel Ladino de la aldea San José Miramar, en el departamento Copán, fronterizo con Guatemala, guiados por un “coyote” huyendo de la falta de oportunidades en la comunidad rural cuya población sobrevive con dificultades en tareas de agricultura y el corte de café.

No estaba claro cómo fue que el menor fue abandonado a su suerte en la carretera. El padre de Wilder se encuentra detenido en una estación migratoria, de acuerdo con García.

La madre tiene previsto regresar en las primeras horas de la noche a San José Miramar, parte del municipio Cabañas, de unos 15,441 habitantes de los cuales un 94% vive en condiciones de pobreza, según reportes oficiales de Honduras.

“Le tenemos una sopita de pollo para que cene, a él le encanta”, dijo la mujer que aseguró que, en su casa, de paredes de adobe, piso de tierra y techo de láminas, es esperado por una hermana de seis años y decenas más de parientes, entre abuelos y tíos del niño, para celebrar su regreso a la aldea.

A pesar de los llamados de las autoridades para detener la migración indocumentada; cada año, miles de migrantes centroamericanos (y mexicanos también), entre ellos muchos menores viajando solos, atraviesan México con la intención de llegar a Estados Unidos.

En algunos casos son secuestrados, asesinados o bien víctima de delitos, situación que ha generado fuertes críticas de organismos internacionales como la ONU. En la víspera, agentes de Tamaulipas localizaron a 56 menores entre un grupo de 110 migrantes.

Hasta 11 de julio de 2021 Honduras recibió de México 26.227 inmigrantes deportados de los cuales 2.264 fueron niños y de Estados Unidos otros 2.524 de los que 21 eran menores de edad, según informes de la cancillería hondureña.

Con información de Reuters.

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