Fuertes lluvias nocturnas azotaron a miles de personas que quedaron sin hogar por el terremoto que sacudió Haití el fin de semana y dejó más de 1.400 muertos, causando inundaciones y complicando los esfuerzos de socorro el martes.

El sismo derribó decenas de miles de edificios en el país más pobre de América, que aún se está recuperando de un temblor de hace 11 años que mató a más de 200.000 personas.

En la mañana del martes apenas caía una ligera lluvia sobre Les Cayes, la ciudad costera del sur que sufrió la peor parte del terremoto de magnitud 7,2, después de que la tormenta tropical Grace desató lluvias torrenciales e inundaciones en al menos una región.

En un campamento formado con tiendas de campaña en Les Cayes, en el que habitan muchos niños y bebés, más de cien personas reparaban las coberturas improvisadas hechas con postes de madera y lonas y que fueron destruidas por Grace durante la noche. Algunos se cubrieron con láminas de plástico.

Dos mujeres se cubren de la lluvia bajo una lona en un campamento improvisado después de que la depresión tropical Grace pasó por el área tras el terremoto del sábado de magnitud 7,2, en Les Cayes, Haití. 17 de agosto, 2021. REUTERS/Ricardo Arduengo

Mathieu Jameson, subdirector del comité formado por los residentes del campamento, dijo que cientos de personas necesitan con urgencia alimentos y atención médica.

“No tenemos médicos. No tenemos comida. Cada mañana llega más gente. No tenemos baños, ni lugar para dormir. Necesitamos comida, necesitamos más sombrillas”, dijo Jameson, agregando que el lugar espera aún la ayuda del gobierno.

Varios hospitales importantes resultaron gravemente dañados, obstaculizando los esfuerzos humanitarios, al igual que los puntos focales de muchas comunidades destrozadas, como iglesias y escuelas.

“Tenemos unos 34 niños hospitalizados ahora, pero aún necesitamos más ayuda de los pediatras. SOS”, dijo Marie Cherry, médico del hospital general de Les Cayes, a través de un mensaje de texto.

Los médicos trabajaban en tiendas de campaña improvisadas fuera de los hospitales para salvar la vida de cientos de heridos, incluidos niños pequeños y ancianos. Las autoridades haitianas dijeron el lunes que se habían confirmado 1.419 muertes y unos 6.900 heridos.

Mientras se desvanecían las esperanzas de encontrar un número significativo de sobrevivientes entre los restos, la tormenta complicaba la llegada de rescatistas a Les Cayes, a unos 150 kilómetros al oeste de la capital, Puerto Príncipe.

A primera hora de la mañana, Grace, que se había pronosticado que arrojaría hasta 38 centímetros de lluvia en algunas áreas, avanzaba hacia Jamaica, según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos.

Los socorristas excavaban junto a los residentes entre los escombros el lunes por la noche, pero pocos expresaron esperanzas de encontrar a alguien con vida. Un olor a polvo y cuerpos en descomposición impregnaba el aire.

“Vinimos de todas partes para ayudar: del norte, de Puerto Príncipe, de todas partes”, dijo Maria Fleurant, una bombero del norte de Haití.

Los rescatistas sacaron una almohada manchada de sangre de los escombros, seguida del cadáver de un niño de 3 años que parecía haber muerto mientras dormía durante el terremoto. Poco después, cuando la lluvia se intensificó, los trabajadores se fueron.

Con información de Reuters.

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