El presidente Andrés Manuel López Obrador lamentó la muerte de 39 personas migrantes en un albergue en Ciudad Juárez, Chihuahua, “esto tuvo que ver con una protesta que ellos iniciaron”, dijo.
“Informar algo muy lamentable, muy triste anoche como a las nueve y media de la noche se produjo un incendio en un albergue de migrantes en la frontera en Ciudad Juárez y tenemos hasta ahora como informe que perdieron la vida 39 migrantes”, expuso al inicio de la conferencia en Palacio Nacional.
Explicó las razones del hecho: “Suponemos de que se enteraron que iban a ser deportados, movilizados y como protesta en la puerta del albergue pusieron colchonetas del albergue y les prendieron fuego y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia”.
Dijo que aún no tienen información de los nombres y nacionalidad de quienes perdieron la vida, pero “son migrantes de Centroamérica fundamentalmente y de Venezuela que estaban en ese albergue.
“Muy triste que esto suceda”, dijo.
El mandatario informó que en el lugar se encuentra el comisionado del Instituto Nacional de Migración (INM), Francisco Garduño, así como elementos de la Fiscalía General de República (FGR), “para proceder legalmente”.
Es un “sistema de migración quebrado”
El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, declaró que es producto de un “sistema de migración quebrado” y parte de los “riesgos de la migración irregular”.
Tras expresar que el gobierno estadunidense se une “al dolor de los familiares de personas migrantes que perdieron la vida y de lesionados en incendio en Ciudad Juárez”, el diplomático aseveró que “es un recordatorio a los gobiernos de la región de la importancia de componer un sistema de migración quebrado y los riesgos de la migración irregular”.
Los heridos y los muertos
De acuerdo con la información difundida por el Instituto Nacional de Migración (INM), los migrantes lanzaron un motín para protestar contra su inminente deportación a sus países de origen; en el centro de detención, operado por el INM, estaban recluidas 68 personas, de las cuales 39 fallecieron y 28 fueron trasladadas a hospitales, en estado de salud “delicado-grave”.
El Instituto Guatemalteco de Migración, por su parte, informó que hasta el momento se identificó que 28 de las 39 personas muertas eran originarias de Guatemala, y después de “lamentar” la tragedia llamó la población de su país a tomar “decisiones acertadas” y a no emprender el viaje sin documentos hacia Estados Unidos.
El Instituto Nacional de Migración (INM) dijo el martes que había 68 hombres adultos de América Central y del Sur alojados en la instalación en Ciudad Juárez -ubicada frente a El Paso, Texas- y que 29 de ellos también resultaron heridos en el incendio, que estalló el lunes por la noche, y fueron llevados a cuatro hospitales en el área.
Más tarde, el Instituto Guatemalteco de Migración informó en un comunicado que entre los muertos hay 28 connacionales.
La portavoz de la cancillería guatemalteca, Karla Samayoa, dijo que, según información del cónsul de la nación centroamericana en México, los nacionales fallecidos fueron entrevistados el lunes, como paso previo a ser retornados a su país.
En el lugar del incendio había también unos 13 migrantes de Honduras, dijo un funcionario de alto nivel de la cancillería hondureña. Hasta ahora no tienen información indicando que alguno falleciera o resultara herido, agregó.
Por otra parte, un funcionario mexicano detalló que entre las víctimas mortales había migrantes de Guatemala y Honduras.
Un testigo de Reuters vio cuerpos alineados en bolsas para cadáveres y confirmó que el fuego había sido extinguido.
“Estoy desde la una de la tarde esperando al papá de mis hijos y cuando hicieron las 10 (de la noche) empezó a salir humo por todos lados”, narró Viangly Infante, de 31 años, de nacionalidad venezolana.
Su esposo, Eduard Caraballo, de 27 años, estaba en una de las celdas de detención dentro de las instalaciones cuando comenzó el incendio y sobrevivió rociándose con agua y presionándose contra una puerta, dijo Infante, quien agregó que vio muchos cadáveres tirados en el suelo.
El incendio, uno de los más mortíferos de su tipo en el país en los últimos años, ocurre mientras Estados Unidos y México luchan para hacer frente a niveles récord de cruces en su frontera compartida.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo que el incidente “tuvo que ver con una protesta que ellos (migrantes) iniciaron a partir, suponemos, de que se enteraron de que iban a ser deportados, movilizados, y como protesta en la puerta del albergue pusieron colchonetas (…) y les prendieron fuego y no imaginaron que esto iba a causar esta terrible desgracia”.
“Lo que sabemos hasta ahora es que son migrantes de Centroamérica fundamentalmente y algunos de Venezuela, los que estaban en ese albergue. No sabemos todavía hasta ahora los nombres y la nacionalidad de los que lamentablemente perdieron la vida”, agregó el martes en su conferencia de prensa matutina.
“Ahorita te lo suelto”
En las últimas semanas se ha visto una acumulación de migrantes en las ciudades fronterizas mexicanas a medida que las autoridades intentan procesar las solicitudes de asilo utilizando una nueva aplicación del Gobierno de Estados Unidos conocida como CBP One.
Muchos migrantes sienten que el proceso está tomando demasiado tiempo y, a principios de mes, cientos de ellos, en su mayoría venezolanos, se pelearon con funcionarios estadounidenses en la frontera, frustrados por las dificultades por asegurar las citas de asilo.
La venezolana Viangly Infante dijo que su familia había logrado una cita a través de la aplicación CBP One, pero el lunes por la tarde detuvieron a su marido, quien se encuentra en un hospital local tras sobrevivir al humo y el fuego.
Las autoridades migratorias le dijeron que para liberarlo, debía tener en papel un documento que había subido a la plataforma en formato digital. “Pero si lo tiene impreso, ¿por qué lo detienen?”, consultó.
“Ahorita te lo suelto”, le indicaron varias veces más tarde, pero nunca lo hicieron, denunció Infante, madre de tres menores -de uno, 12 y 13 años-. La migrante sudamericana relató que la familia salió de Venezuela “por la situación económica, la delincuencia y porque no hay estudios” para sus hijos.
En enero, la administración del presidente Joe Biden dijo que ampliaría las restricciones de la era de su predecesor Donald Trump para expulsar rápidamente a los inmigrantes cubanos, nicaragüenses y haitianos atrapados cruzando ilegalmente la frontera entre Estados Unidos y México en un esfuerzo por contener los flujos fronterizos.
Al mismo tiempo, Estados Unidos dijo que permitiría que hasta 30,000 personas de esos tres países más Venezuela ingresen al país por vía aérea cada mes.
En diciembre de 2021, al menos 55 personas murieron y decenas resultaron heridas cuando un camión repleto de migrantes volcó en Chiapas, un estado fronterizo en el sur de México. En 2010, 72 migrantes fueron masacrados por sicarios de un cártel de la droga en el norteño estado Tamaulipas.
De Reuters y Apro.