A una semana del programado regreso a clases presenciales, en medio del crecimiento de la tercera ola de contagios por covid-19, se mantiene la incertidumbre acerca de si se acatará la indicación del presidente Andrés Manuel López Obrador, el 24 de julio en Boca del Río, Veracruz, de que las escuelas abrirán sus puertas a los estudiantes el próximo 30 de agosto, “llueva, truene o relampaguée”
La falta de certeza se ha alimentado de los recientes tropiezos del gobierno federal, cuya secretaria de Educación, Delfina Gómez Álvarez, se ha respaldado en el líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, Alonso Cepeda Salas, mientras no ha logrado convencer a maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) de las bondades del regreso a clases presenciales
Ampliamente recomendado por UNICEF y por siete de cada 10 estudiantes menores de 18 años en el país, según la consulta #Caminito, de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, el retorno a las aulas en México se ha visto cuestionado por la consideración de una “carta compromiso de corresponsabilidad”, que derivó en un nuevo embate de López Obrador contra los medios.
El jueves 12, durante la presentación del decálogo para el retorno a las aulas, ante López Obrador, Gómez Álvarez mencionó como último punto que los infantes deberán, “al salir de casa, llevar a la escuela la carta de compromiso de responsabilidad”.
Un día después, medios de comunicación publicaron dos tipos de carta que tendrían que entregar cada 15 días los estudiantes para ingresar a las escuelas, que fueron distribuidos por la Presidencia y la SEP.
Mediante el machote de carta sugerido, el padre, madre o tutor del alumno manifestaba su “compromiso a aceptar el retorno seguro a clases”, ofreciendo como opciones virtual, presencial, mixta u otra; en caso de aceptar las modalidades presencial o mixta, el familiar o tutor del menor se comprometía a “revisar diariamente a mi hija/hijo para identificar la presencia de signos y síntomas relacionados con la enfermedad covid-19, como malestar general, tos seca, estornudos, dolor de cabeza, fiebre o dificultad para respirar; mantener al menor en casa en caso de presentar algunos síntomas, procurarle la atención médica y notificar a la escuela vía telefónica el diagnóstico”.
Mediante el documento, los familiares de los menores se comprometían también a “promover hábitos de higiene y salud que disminuyan la propagación del virus”, a realizar el filtro sanitario “correspondiente a la casa”, en tanto que se incluían espacios para proporcionar dos números telefónicos, en caso de que el menor presentara algún malestar.
Tras la generación de controversias por la carta, en la conferencia matutina del martes 17 el presidente se deslindó: “Si van niños a la escuela y no llevan la carta, no le hace, es que nosotros tenemos todavía que enfrentar esta concepción burocrática, autoritaria, que se heredó del periodo neoliberal”.
Pese a que el jueves 12 Gómez Álvarez mencionó en su presencia el requerimiento a los padres de familia para el ingreso de los niños a las escuelas, López Obrador desconoció la medida argumentando que “fue una decisión de abajo” y que si le hubiesen consultado “hubiese dicho que no; somos libres, prohibido prohibir”.
El manejo de la carta compromiso por los medios ocupó la atención del gobierno federal. El miércoles 18, la encargada de la sección “Quién es quién en las mentiras”, Elizabeth García Vilchis, la calificó como “falsa” y señaló que no era “oficial”, pese a que fue a través de canales institucionales que se obtuvo, e incluso una de ellas está publicada en el anexo 3 de la “Guía de Orientación para la reapertura de las escuelas ante covid-19”, como “sugerencia para la carta compromiso de responsabilidad”.
Ese documento, fechado el 21 de junio de este año, estuvo en la página de la SEP por lo menos hasta el jueves 19, y fue la base para la elaboración de la “Guía Operativa para el regreso presencial a clases. Ciclo escolar 2021-2022”, de la SEP y la Autoridad Educativa para la Ciudad de México, de julio de 2021, en el que se considera que “según corresponda al nivel o modalidad educativa, la NNAJ o la madre, padre o tutor, presentará y entregará una Carta compromiso de corresponsabilidad en la cual manifiesta que la o el estudiante no presenta síntomas de covid-19, firmada por la madre, padre o tutor.
El formato es libre y se entregará quincenalmente, considerando los siguientes datos: fecha, nombre del alumno (a), promesa de verdad y firma de la madre, padre de familia y/o tutor”, mientras que en caso de que el estudiante sea mayor de edad “la carta compromiso correspondiente será firmada por el o la estudiante”.
Luego de que el presidente considerara que el debate de la carta “es producto de la politiquería” y que “todos lo que le dieron vuelo (…) son adversarios nuestros, todos”, el jueves 19 Gómez Álvarez la descartó como requisito para el regreso a clases presenciales.